Beniamino Zuncheddu, un campesino italiano que estuvo preso durante 33 años por un triple homicidio que no cometió, se encontró este viernes con el Papa Francisco en el Vaticano, uno de los pocos deseos que el hombre inocente expresó al salir de la cárcel y que hoy le fue concedido.
Según refiere Vatican News, el encuentro se realizó en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, y en él Zuncheddu le obsequió al Santo Padre el libro que ha escrito con su abogado, titulado Soy inocente, en el que relató su experiencia en la cárcel y que ha perdonado a quien lo acusó y luego se retractó.
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“Ha sido bellísimo”, dijo Bienamino Zuncheddu a los periodistas tras la conclusión de la audiencia privada con el Papa Francisco, a quien conoció hace un tiempo cuando el Santo Padre visitó una cárcel en la ciudad italiana de Cagliari.
De acuerdo a Avvenire, diario de los obispos italianos, el hombre relató a los medios que él y el Papa siguieron “en contacto por carta. Le escribí durante la revisión del proceso. El Papa siempre me ha asegurado sus oraciones. Para mí fueron una fuente de consuelo y esperanza. La reunión de hoy: una experiencia maravillosa. Nos agradecimos mutuamente".
Acusado de homicidio de tres campesinos en 1991, cuando tenía 26 años, fue absuelto tras la revisión del proceso a inicio de este 2024. Ahora Zuncheddu tiene 60 años.
En el encuentro con el Papa Francisco también estuvieron el abogado de Zuncheddu, Mauro Trogu, y su familia, el párroco y la alcaldesa del pueblo sardo del campesino.
“El mayor error judicial en la historia de Italia”
RTVE de España señala en una nota de abril de este año que el caso de Zuncheddu es considerado “el mayor error judicial en la historia de la República de Italia”.
El hombre siempre dijo ser inocente.
De acuerdo al diario español El Debate, el único sobreviviente de los asesinatos, el también italiano Luigi Pinna, había identificado a Zuncheddu como el responsable, luego que un policía le mostrara una foto de este último diciéndole que él era el asesino.
Ante el tribunal de apelación que revisó el caso, Pinna reconoció que nunca llegó a ver a Zuncheddu en el lugar de los hechos porque el homicida tenía la cara cubierta.
RTVE resaltó que en Burcei, el pueblo natal de Bienamino Zuncheddu, siempre creyeron en su inocencia y fue recibido como héroe cuando salió de la cárcel. El párroco tocó las campanas tras el último fallo que lo absolvía definitivamente.