La Iglesia Católica advirtió que “no hay condiciones” de seguridad necesarias para llevar a cabo las elecciones extraordinarias en varios municipios del estado de Chiapas (México), programadas para el próximo domingo 25 de agosto, debido a la presencia de grupos criminales en la región.

Las elecciones extraordinarias, que se llevarán a cabo en los municipios de Capitán Luis Ángel Vidal, Chicomuselo y Pantelhó, tienen como objetivo elegir 27 cargos que no pudieron ser ocupados tras la jornada electoral del 2 de junio, a causa de episodios de violencia.

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En Capitán Luis Ángel Vidal, por ejemplo, la jornada electoral se suspendió tras la quema de la paquetería electoral, según informó el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), el órgano electoral estatal de Chiapas. De similar forma, en Chicomuselo y Pantelhó, se suspendieron las elecciones por “la situación de violencia e ingobernabilidad”.

Aunque el Instituto Nacional Electoral (INE) reprogramó estas elecciones para el 25 de agosto, en un comunicado conjunto compartido este 21 de agosto, y firmado por obispos de México y Guatemala, se advierte que “no hay condiciones para las elecciones”.

El mensaje, fechado el 21 de agosto, está firmado por dos obispos mexicanos: Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, Obispo de San Cristóbal de las Casas y Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez; y Mons. Guadalupe Torres Campos, encargado de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). Por parte de Guatemala, los firmantes son el Cardenal Álvaro Ramazzini, Obispo de Huehuetenango; y Mons. Bernabé Sagastume, Obispo de San Marcos.

“El proceso electoral intensifica la violencia en territorios sobre los que intereses económicos, políticos, extractivistas, venidos de fuera, han marcado opciones, posiciones y luchas que sólo con armas y grupos de extermino que operan sin control y campante impunidad podrían ser arrasados”, se lee en el mensaje. 

Los obispos explicaron que diversas comunidades y pueblos se han convertido en “un campo de batalla por la disputa del territorio entre grupos criminales”, obligando a las familias a “enfrentar un terror que nunca imaginaron”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se pronunció respecto a la violencia en Chiapas en una conferencia de prensa matutina, el 26 de julio. En esa ocasión, reconoció que “ha habido enfrentamientos últimamente en esa región, de dos grupos, y para refugiarse [los pobladores] cruzaron a Guatemala. Y están en albergues. Y le agradecemos mucho al gobierno de Guatemala porque los está ayudando. Y también están brigadistas nuestros apoyándolos”.

Consultado sobre si la situación de violencia evidenciaría un fracaso de su estrategia de seguridad, López Obrador dijo que “no es así, son circunstancias”, añadiendo luego que en el país viven “más de 130 millones de mexicanos” y “hay, como en todas partes, conflictos, pero no es asunto como lo quieren ver nuestros adversarios, de que haya ingobernabilidad, que predomine la violencia, que sea un caos, que se esté destruyendo el país”.

“¡Vengan y vean!”

Los obispos de México y Guatemala denunciaron en su comunicado del 21 de agosto que las personas son utilizadas “como escudos humanos”. Los prelados lamentaron que no se “ha dado credibilidad a la palabra, a la sangre derramada, a las y los mártires que ha dejado esta guerra interesada en la que el pueblo no tiene parte y se le sigue sometiendo bajo amenazas”.

“En nombre del derecho a la vida hacemos un llamado: ¡Vengan y vean!”, exclamaron los obispos. Al mismo tiempo, pidieron a las autoridades trabajar en “la desarticulación y el desarme de los grupos que asolan el Estado de Chiapas”.

A los criminales y a quienes generan la violencia, los prelados les demandaron: “¡Paren! Los seres humanos no son objeto de deshecho. La vida es sagrada, la sangre derramada clama al cielo y el corazón no olvida la sangre que nos salpica”.

Finalmente, los obispos pidieron la intercesión de Santa María la Antigua, patrona de Panamá, “para que interceda por la paz en Chiapas y en todo el continente latinoamericano”.

Las repetidas denuncias de la Iglesia Católica sobre la violencia en el sur de México

Desde el 23 de septiembre de 2023, la Iglesia Católica ha levantado su voz contra la “desgarrado por la violencia” que azota el sur de México. A través de mensajes constantes, las diócesis de la región han denunciado el devastador impacto de los enfrentamientos entre grupos criminales. 

De acuerdo con el medio de información Insight Crime, el control del estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala, lo disputan los grupos criminales conocidos como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa (CDS).

Uno de los momentos más trágicos ocurrió en mayo de este año, cuando 11 personas, incluyendo dos catequistas, fueron masacradas. De acuerdo a Mons. Rodrigo Aguilar, las víctimas se “resistían a dejar sus hogares a pesar de la violencia, amenazas y hostigamiento” para unirse a las filas de los grupos criminales.

Otro mensaje contundente provino del Obispo de Tapachula, Mons. Jaime Calderón Calderón. En un comunicado del 24 de julio, firmado por todo su presbiterio, el prelado denunció la “desesperante” situación de violencia en el estado, provocada por la “presencia permanente de los cárteles de la droga”. 

En esa ocasión, el obispo criticó la inacción de los cuerpos de seguridad, acusándolos de no hacer “nada por la población a la que ven sufrir día a día”.

La violencia ha forzado a muchas familias a abandonar sus hogares, incluso se ha registrado un flujo migratorio hacia Guatemala desde México. El 25 de julio de este año, el Instituto Guatemalteco de Migración informó que en esa semana más de 500 personas, incluyendo mujeres, hombres, niñas, niños y adultos mayores, se desplazaron “de manera forzada hacia Guatemala por la violencia que azota el sur del vecino país”.