“Estoy seguro de que la presencia cristiana sobrevivirá”, expresó Sami El-Yousef, director administrativo del Patriarcado Latino de Jerusalén (PLJ), sobre la violencia de la guerra entre Israel y Hamás, que golpea con fuerza a la comunidad cristiana en Tierra Santa.
En conversación con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés), El-Yousef afirmó estar convencido que la Iglesia Católica es absolutamente necesaria para el bienestar de la región, y que “tiene que estar presente con sus instituciones”.
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Además, sobre el trabajo que llevan adelante las organizaciones humanitarias católicas, el funcionario aseguró que los voluntarios no se fijan demasiado en el escenario político, porque de lo contrario “haríamos las maletas y nos marcharíamos”.
“Sin embargo, esta tierra ha atravesado ya muchas crisis y la Iglesia siempre ha encontrado la manera de ser el medio de apoyo para su comunidad, y no hay razón para creer que ahora vaya a ser diferente”, añadió El-Yousef, aunque remarcó que es una situación muy compleja y que deben “pensar detenidamente” sobre lo que harán en el futuro.
A inicios del conflicto, Israel revocó los permisos de trabajo que tenían las personas de Gaza. Los habitantes de la zona, continuó El-Yousef, creían que la suspensión acabaría en poco tiempo, pero pronto se dieron cuenta de que “con la mentalidad israelí actual” eso no iba a suceder.
“En su lugar, han empezado a importar inmigrantes de todo el mundo, lo cual duplica el coste de la mano de obra, además son personas sin cualificación ni conocimiento de la lengua”, señaló.
El-Yousef resaltó que la situación es más desesperada de lo previsto y que la confianza entre árabes e israelíes en Tierra Santa se rompió desde que empezó la guerra, afectando a la comunidad cristiana, pero confía en que con mucha ayuda lograrán superar las adversidades.
Los pobres de la región ahora son más pobres
Un equipo de ACN visitó Tierra Santa para evaluar el desarrollo de varios de sus proyectos. Dima Khoury, directora del Departamento de Servicios Sociales del PLJ, comentó que “muchos cristianos han perdido sus empleos o han visto reducidos sus salarios o carecen de todo ingreso”.
Tanto ACN como el PLJ se esfuerzan por apoyar a los cristianos más necesitados a costear sus gastos de alimentación, de tasas académicas y de alquiler. “La vida se ha tornado terrible para ellos”, sentenció.
“La clase media se ha empobrecido y los pobres lo son ahora aún más. Muchas de las familias propietarias de negocios propios han abandonado el país”, aseguró Khoury. “Como la guerra continúa, nos empieza a preocupar que Tierra Santa se convierta en la próxima Siria y que esto sea una guerra interminable”, lamentó.
El PLJ lleva adelante diversos proyectos de atención humanitaria, con el apoyo financiero de ACN, de los que se benefician alrededor de 715 familias y 200 enfermos crónicos, además de estudiantes en edad escolar y universitaria.