La Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) otorgó el Doctorado honoris causa al Cardenal portugués José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio de Cultura y Educación del Vaticano.
La ceremonia comenzó con un concierto de piano a cargo de una estudiante de la UCA, y la lectura de algunos pasajes del poema Escuela del Silencio, del cardenal homenajeado.
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El Gran Canciller de la UCA, Mons. Jorge García Cuerva, Arzobispo de Buenos Aires, no pudo participar por encontrarse en Roma, pero se hizo presente con un videomensaje. Luego dirigió sus palabras a los presentes el Dr. Miguel Schiavone, rector del centro de estudios.
Tras la bendición de la placa y el diploma, fue leída la resolución que otorga el doctorado, y le fueron entregados los atributos al cardenal. El Decano de la Facultad de Teología, P. Carlos María Galli, tuvo a su cargo una laudatio, es decir, un discurso en elogio del purpurado.
En un cambio de planes, en lugar de hacer su lectio magistralis, que ofreció enviar luego por correo electrónico, el Cardenal Tolentino optó por abrir un espacio de diálogo con un grupo de estudiantes de la UCA. En ese marco, hicieron sus preguntas estudiantes de las carreras de Teología, Letras, Relaciones Internacionales, Docencia en Nivel Inicial, y Comunicación.
En sus respuestas, el prefecto dejó un mensaje a las nuevas generaciones, haciendo hincapié en la necesidad de transmitir esperanza: “Estamos en un momento como de un parto, un mundo nuevo está naciendo. Nacemos siempre en medio de tantos dolores… pero nos fijamos en el bien, en lo maravilloso, en la belleza que está naciendo”.
Los desafíos para la educación y el rol de los docentes
El cardenal se refirió también al Pacto Educativo Global y llamó a tener en cuenta a la educación como “una causa común”. Al respecto, afirmó: “No pueden ser solamente las escuelas las responsables de la educación; para educar a un joven es necesaria toda la sociedad”.
“Debemos hacer alianzas, no podemos quedarnos solos en este pacto. Necesitamos de las familias, las instituciones sociales, mucho diálogo para poder realizar esta tarea que al final es la tarea más importante, porque la educación nos acompaña desde la infancia hasta la edad mayor. Es el deseo de aprender el que nos mantiene vivos”, sostuvo.
También consideró importante “reconocer el papel social de los profesores, su dignidad, su gran contribución para el desarrollo de nuestras humanidades”. A los educadores, aconsejó: “Sean poetas sociales, culturales, sean coreógrafos de una nueva realidad, porque los paradigmas están en crisis. Necesitamos nuevas miradas, nuevos modelos”.
Finalmente, se dirigió a los comunicadores y les recordó su “papel fundamental” en el compromiso por contar la realidad, sobre todo en un tiempo de fake news y post verdad, “garantizar que la verdad y la realidad existen, que las personas existen”.
“Es necesario un compromiso claro con la verdad”, insistió, y alentó a “retirar del anonimato las vidas de los simples, de los pobres… darles dignidad y contar sus historias”.
El cardenal se despidió con un agradecimiento a la Universidad Católica Argentina y por el espacio de diálogo: “Aquí está la síntesis entre espiritualidad y vida, estos diálogos son vitales para construir un mundo humanamente vivo, con visión integral de la persona humana”.
Al finalizar el acto, el Cardenal Tolentino de Mendonça celebró la Eucaristía en la iglesia del Corazón de Jesús, del campus universitario.