Luego de un largo proceso que incluyó la restauración y la puesta en valor, la Basílica de San Francisco reabrirá sus puertas el 17 de septiembre a las 18:00 horas con una Misa presidida por el Arzobispo de Buenos Aires (Argentina), Mons. Jorge García Cuerva.
El histórico templo porteño, ubicado en Alsina 380, del barrio de Monserrat, volverá a su actividad luego de arduos trabajos de restauración del edificio, el atrio, la capilla San Roque y el museo. Sin embargo, no es la primera sino la tercera vez que las instalaciones se deben someter a arreglos y trabajos de restauración.
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Las primeras construcciones
Aunque los Frailes Menores realizaron su primera construcción en 1583, poco después de la segunda fundación de Buenos Aires, se trató de un edificio precario. La segunda construcción, donde se encuentra hoy la capilla San Roque, se realizó en 1604, y el templo definitivo —y considerablemente mayor a los anteriores— se realizó entre los años 1731 y 1754 y partió de un proyecto del jesuita Andrés Blanqui, uno de los arquitectos más influyentes de la época colonial.
Con 78 metros de largo por 11,7 metros de ancho y 17,7 de alto, se convirtió en el templo más largo de una sola nave en Buenos Aires.
Una historia de cierres y reaperturas
El templo abrió para el culto el 25 de marzo de 1754, bajo la guardia del P. Bernardo de Molina, pero en 1770 se cerró debido a una grieta en su estructura.
El 28 de septiembre de 1783, el Obispo de Buenos Aires, Mons. Sebastián Malvar y Pinto, consagró el templo, que permaneció abierto hasta 1807, cuando se derrumbó la fachada con sus torres. Las obras de reconstrucción finalizaron hacia 1815.
El 20 de marzo de 1868, el Papa Pío IX concedió al templo el ser agregado a los privilegios de la archibasílica de San Juan de Letrán de Roma.
Pero las reformas continuaron: la fachada actual es producto de una remodelación llevada a cabo entre los años 1907 y 1911 por el arquitecto Ernesto Sackmann, con un estilo barroco de origen alemán.
En 1942 y por decreto del Poder Ejecutivo de la Nación, la basílica de San Francisco fue declarada monumento histórico nacional.
El 16 de junio de 1955, luego del bombardeo a Plaza de Mayo, grupos de adherencia peronista atacaron templos católicos por atribuirle a la Iglesia responsabilidad sobre el golpe de Estado. En ese marco, la basílica de San Francisco sufrió importantes pérdidas de su patrimonio artístico y documental.
La reconstrucción y reforma de la basílica se inició en la década de 1960, y fue nuevamente habilitada al culto el 1° de octubre de 1967.
La última etapa de restauración comenzó en 2017, e incluyó la puesta en valor de la fachada exterior, como también la limpieza de la imaginería, tareas supervisadas por la Subsecretaría de Obras Públicas y la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos.
Los tesoros históricos y artísticos
La actual fachada de la basílica data de 1911 y fue diseñada por el arquitecto austríaco Ernesto Sackmann. En ella se puede apreciar a San Francisco de Asís, y a tres destacados miembros de la tercera orden franciscana: Giotto, Dante Alighieri y Cristóbal Colón, de rodillas.
También cuenta con dos torres decoradas con querubines en pequeñas cúpulas alrededor de las que se encuentran las estatuas de Fray Marchena, Bacon, y los Papas Sixto V, Gregorio IX y León XIII.
Al interior del templo, detrás del altar mayor, se halla un gran tapiz del siglo XX con motivos franciscanos, realizado por Horacio Butler e inaugurado en 1972, que reemplaza al antiguo altar colonial quemado en 1955.
En la capilla San Roque lindera a la basílica, inaugurada en 1756 y restaurada luego del incendio de 1955, se encuentran imágenes del siglo XVIII, y unas pocas del XIX.
En la Biblioteca Histórica de la Basílica San Francisco de Buenos Aires, el libro más antiguo de la colección data del año 1513. También posee un espacio dedicado al Museo Franciscano Mons. Fray José María Bottaro.
En la cripta, aparte de religiosos franciscanos, están sepultados algunos personajes ilustres.
En el año 2007, mientras se realizaban tareas de restauración, se descubrió en el interior de la escultura de Dante Alighieri una “cápsula del tiempo”: una lata con una hoja del diario La Prensa de 1908, una hoja del diario de Innsbruck, ciudad natal del autor de las esculturas, monedas y un sobre con la leyenda “Yo saludo a quien encuentre estos escritos”.
“Una invitación a abrir las puertas a Cristo”
Al convocar a la Misa de reapertura, el Provincial de la Orden de Frailes Menores (Franciscanos), Fray Emilio Andrada, dijo a AICA que la recuperación del templo “forma parte de los inicios de la historia de nuestra Orden”, cuando San Francisco “escuchó la voz del Señor, desde el crucifijo de San Damián: 'Francisco, ve y repara mi Iglesia que, como ves, amenaza ruina’".
“Este esperado momento es una invitación a abrir las puertas a Cristo, representado en cada una de las personas que pasarán para visitar el Santísimo, a escuchar la Palabra y recibir la Eucaristía antes de iniciar su trabajo cotidiano, a rezar y agradecer al final de la jornada. Ojalá así sea, cada vez más, y por mucho tiempo", anheló.