San Pío X, patrono de los catequistas y cuya fiesta la Iglesia Católica celebra este 21 de agosto, tenía fama de hacer milagros estando vivo. En una ocasión se enteró de una curación milagrosa que recibió una religiosa al estar en contacto con sus calcetines e hizo una especial broma.

En el libro San Pío X de la editorial Apostolado Mariano, escrito por el hagiógrafo carmelita P. Rafel López-Melús, se cuenta que cierta vez se difundió en Roma que el Papa hacía milagros. 

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Esta noticia se esparció luego de que una religiosa, que pertenecía a la comunidad donde se lavaba la ropa del Pontífice, se puso los calcetines del Papa “con la esperanza de curarse” de las várices que padecía y “se curó inmediatamente”.

Cuando San Pío X se enteró, dijo con humor: “Tiene gracia la cosa. Yo me pongo cada día mis calcetines y no se me curan mis várices. Esta monjita se los viste un ratillo y queda curada de las suyas”.

El P. López-Melús describe que, ante la fama de santo y milagros, San Pío X sólo “sonreía con ganas, pues su humildad le tenía muy lejos de creérselo”.

Este Pontífice se hizo un humilde santo de la mano de la Virgen María, promoviendo su devoción en todas su advocaciones, animando al rezo del santo rosario, y siendo cófrade carmelita.