La hermana Agnes Sasagawa, una monja japonesa cuyas supuestas visiones de la Virgen María bajo el título de Nuestra Señora de Akita incluían duras advertencias para la humanidad e instrucciones para rezar el Rosario y arrepentirse del pecado, falleció el 15 de agosto a los 93 años.

Un párroco en Akita (Japón), confirmó a CNA –agencia en inglés de EWTN– por teléfono, que Sasagawa falleció el 15 de agosto.

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La orden a la que Sasagawa perteneció, el Instituto de las Esclavas de la Sagrada Eucaristía, anunció que la religiosa, que había estado “bajo tratamiento médico por algún tiempo”, falleció el día de la Asunción de la Virgen María. La mujer supuestamente recibió una serie de mensajes de María y fue testigo de otros hechos sobrenaturales que comenzaron hace 50 años.

El entonces Obispo de Nigita, Mons. John Shojiro Ito, quien fundó la orden de Sasagawa y que falleció en 1993, autorizó a los fieles de su diócesis, en abril de 1984, a venerar a Nuestra Señora de Akita, luego de ocho años de investigación, señalando que sus mensaje no contenían “nada contrario a la doctrina o moral católicas”.

Katsuko Sasagawa, nació en 1930 en el seno de una familia budista. Fue bautizada tras el testimonio de una enfermera cristiana, que le dio agua de Lourdes para que la tomara. Ingresó a la vida religiosa y tomó el nombre de Agnes.

Las inusuales experiencias espirituales de Sasagawa comenzaron en 1973, cuando todavía era muy nueva en la comunidad religiosa.

El 12 de junio de 1973, Sasagawa vio rayos brillantes que salían del sagrario del convento. La visión se repitió dos días más. Luego, el 28 de junio, una dolorosa herida en forma de cruz, que sangraba profusamente, apareció en la mano de Sasagawa.

Los mensajes de Nuestra Señora de Akita

El 6 de julio, Sasagawa escuchó una voz que venía de una imagen de madera de la Virgen María que estaba en el convento desde hacía una década. La voz le dijo que los problemas que tenía entonces con el oído se curarían (lo que sucedió en 1974) y también que debía “rezar en reparación por los pecados de los hombres”. La voz también le enseñó una oración de consagración al corazón de Jesús.

Poco después, la imagen mariana desarrolló una herida similar a la de Sasagawa, pero en la mano contraria. La herida de Sasagawa eventualmente desapareció.

La imagen de Nuestra Señora de Akita en Japón. Crédito: SICDAMNOME CC BY-SA 4.0
La imagen de Nuestra Señora de Akita en Japón. Crédito: SICDAMNOME CC BY-SA 4.0

El 3 de agosto de 1973, María le habló nuevamente a Sasagawa, esta vez sobre un mensaje “importante” que debía darle a su superiora.

“Muchos hombres en este mundo afligen al Señor. Yo deseo almas que lo consuelen para suavizar la ira del Padre Celestial. Yo deseo, con mi Hijo, almas que repararán con sus sufrimientos y pobreza por los pecadores e ingratos. Para que el mundo conozca su ira, el Padre Celestial está preparando para infligir un gran castigo sobre toda la humanidad”, le habría dicho la Virgen a Sasagawa.  

“Con mi Hijo yo he intervenido tantas veces para apaciguar la cólera del Padre. Yo he prevenido la venida de calamidades ofreciéndole los sufrimientos del Hijo en la cruz, Su preciosa sangre, y amadas almas que le consuelan formando una corte de almas víctimas. Oración, penitencia y sacrificios valientes pueden suavizar la cólera del Padre. Yo deseo esto también de tu comunidad... que ame la pobreza, que se santifique y rece en reparación por la ingratitud y el ultraje de tantos hombres”.

María también le habría dicho a la religiosa: “Recita la oración de las Siervas de la Eucaristía con conciencia de su significado; ponla en práctica; ofrece en reparación (cualquier cosa que Dios envíe) por los pecados. Que cada uno se esfuerce, según su capacidad y posición, en ofrecerse enteramente al Señor"

El segundo mensaje de María para Sasagawa llegó el 13 de octubre de 1973, al cumplirse un aniversario más del milagro del sol de la Virgen de Fátima.

"Como te dije, si los hombres no se arrepienten y mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo mayor que el diluvio, tal como nunca se ha visto antes. Fuego caerá del cielo y eliminará a gran parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin hacer excepción de sacerdotes ni fieles. Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que les quedarán serán el Rosario y la señal dejada por mi Hijo. Cada día recita las oraciones del Rosario. Con el Rosario, reza por el Papa, los obispos y los sacerdotes".

"La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros... iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor. El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y gravedad, no habrá ya perdón para ellos”.

En enero de 1975, casi dos años después, la imagen de María comenzó a llorar, y siguió haciéndolo en 101 ocasiones durante los siete años siguientes. Al parecer, una cadena de televisión japonesa filmó el llanto, conocido como “lacrimaciones”.

En una carta del 22 de abril de 1984, el obispo Ito reconocía “el carácter sobrenatural de una serie de misteriosos acontecimientos relacionados con la imagen de la Santa Madre María”.

“En consecuencia, autorizo, en toda la diócesis, la veneración de la Santa Madre de Akita, a la espera de que la Santa Sede publique un juicio definitivo sobre este asunto”, escribió el prelado.

“Y pido que se recuerde que, aunque la Santa Sede publique más adelante un juicio favorable con respecto a los sucesos de Akita, se trata sólo de una revelación divina privada. Los cristianos están obligados a creer sólo [el] contenido de la revelación Divina pública (cerrada después de la muerte del último Apóstol) que contiene todo lo necesario para la salvación. Sin embargo, la Iglesia, hasta ahora, ha hecho igualmente mucho de las revelaciones divinas privadas ya que fortalecen la fe”.

En 2002 se concluyó en Akita el santuario mariano Redemptoris Mater (Madre del Redentor); allí se colocó la imagen y, desde 2017, atrae a unos 7.000 peregrinos cada año.

El Vaticano, que en mayo de este año publicó nuevas normas para que su oficina doctrinal “sea siempre consultada y dé su aprobación final” sobre presuntas apariciones marianas, no ha dado un juicio definitivo sobre Nuestra Señora de Akita.

El Cardenal Joseph Ratzinger, quien luego se convertiría en el Papa Benedicto XVI, permitió que se mantuviera en 1988, como prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el juicio de Ito respecto a que los mensajes eran aceptables para los fieles.

Hannah Brockhaus colaboró con este artículo

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA