A Marcelo lo habían echado de tres colegios católicos, y le tenía "alergia a los curas". Pero en 2003, con 23 años y dos amigos dispuestos a salir de fiesta por Europa, partió desde Uruguay hacia un destino que le cambiaría la vida: Medjugorje. Allí, una impactante experiencia de fe fue la semilla de su conversión, y el primer paso en el camino al sacerdocio.

Hoy, motivado por los frutos de aquella vivencia, presenta su libro Las apariciones de la Virgen María. Un estudio histórico y teológico, la tesis de su licenciatura en Teología, que pretende ser una herramienta para quienes atraviesan situaciones similares a la que él vivió.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

Una historia de conversión

Para explicar el origen del libro, el sacerdote repasa su historia de conversión: “Tenía 23 años y fui a una peregrinación a Medjugorje, sin creer en absolutamente nada… Es más, me habían echado de tres colegios católicos”, señala.

Junto a dos amigos, y con la excusa de la peregrinación, planearon un recorrido turístico por Europa “para bolichear” [salir de fiesta]. Pero al llegar al lugar de las apariciones, vivió allí “una experiencia muy fuerte”.

“Yo iba en cero, cero, cero. Para mí fue todo nuevo. Y volví totalmente renovado, la vida me cambió”, reconoció el sacerdote a ACI Prensa. “Yo no vi a la Virgen, no fue que tuve ninguna experiencia mística de nada, sino que fue el propio lugar, el aire espiritual que había ahí que me llevó a hacer un cambio tan grande, me confesé después de años que no me confesaba”, señaló.

Allí comenzó un camino de mayor cercanía con la Iglesia, y luego de oponer bastante resistencia, porque “le tenía alergia a los curas”, Marcelo respondió al llamado al sacerdocio. 

Cursó sus estudios filosóficos en la Universidad de Montevideo y sus estudios teológicos en la Facultad de Teología del Uruguay “Monseñor Mariano Soler”. En 2015 recibió la ordenación de manos del Cardenal Daniel Sturla, Arzobispo de Montevideo.

En el momento de realizar su tesis para obtener la Licenciatura en Teología, el P. Marciano quiso escribir sobre algo que realmente le gustara, y eligió el tema de las apariciones, motivado por su historia de conversión, pero también por la realidad de muchas personas de Uruguay que peregrinan a distintas partes del mundo donde se producen apariciones.

El libro, una herramienta para saber qué dice la Iglesia sobre las apariciones

La idea de transformar ese trabajo en un libro tuvo como propósito ofrecer acompañamiento desde la Iglesia a las personas que viven una experiencia de conversión.

“Cuando la gente vuelve, como volví yo en su momento, muchas veces van a hablar [sobre los lugares de apariciones] con un sacerdote o con un referente, y les dicen que sí o que no según su experiencia personal, si les gusta o no les gusta”, explicó.

Por eso, su libro intenta recoger “qué dice la Iglesia sobre el tema, más allá de qué puede pensar un sacerdote, un obispo o un laico, para que las personas tengan algo objetivo como para basarse”. 

El lanzamiento del libro estaba previsto para marzo de 2024. Sin embargo, a poco de que su trabajo viera la luz, se enteró que la Santa Sede, a través del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, publicaría nuevas disposiciones para el estudio de las apariciones marianas.

“Me complicó todo, la tuve que poner en el freezer un tiempito hasta leer el documento que salía. Y cuando salió el documento empecé a reformular algunas cosas. De todos modos, si bien el documento dice que se anula todo lo anterior, tampoco es que da muchas novedades porque es un documento que habla sobre los milagros eucarísticos, no es solamente sobre las apariciones de la Virgen”, aclaró.

¿Qué nos puede aportar el libro?

En primer lugar, consideró el sacerdote, se ofrece un marco teológico a las apariciones de la Virgen, que forman parte de las “revelaciones privadas”. La revelación pública, precisó, “terminó con la muerte del último apóstol”, pero “a partir de las revelaciones privadas empezamos a encontrar que las mariofanías, las apariciones de la Virgen, tienen ahí un fundamento”.

Sobre el reciente documento de la Iglesia, el P. Marciano destaca que “la Iglesia hoy en día necesita unas normas adaptables a esta realidad, porque estas otras normas eran de hace casi 50 años. Y pasaba mucho que hoy en día hay un obispo que aprueba la aparición. Después cambia el obispo, y el que viene la niega. En el medio quedan los fieles”.

“¿A quién le hacemos caso? ¿Al obispo anterior o a este?”, planteó el autor. En su nuevo documento, “la Santa Sede dice: que el obispo nos convoque a nosotros, nosotros también lo estudiamos y vemos cómo es la situación”.

El sacerdote hizo hincapié en la importancia de la piedad popular: “La gente ama a la Virgen, todos amamos a la Virgen. Entonces, cuando hay algo así, hace que se muevan los corazones, y por más que la Iglesia diga una cosa o la otra, la gente se termina moviendo igual porque encuentra un amor que es más grande de lo que muchas veces encontramos en otros lugares eclesiales”.

En ese sentido, opinó que “uno tiene que tener argumentos teológicos como para decir: yo puedo estar de acuerdo o no con lo que vos me estás diciendo, pero la Iglesia tiene una claridad en este documento; dice esto”.

Citando al sacerdote René Laurentin, el uruguayo destacó que “un punto importante para hacer un discernimiento sobre si una aparición es real o no, son los frutos que da”. 

“Él veía los frutos espirituales que daba y cómo la gente cambiaba su corazón y volvía a la Iglesia, volvía a los sacramentos”. En el caso de Medjugorje, por ejemplo “hay cerca de mil chicos que recibieron su vocación allí, lo cual es un disparate en la Iglesia de hoy”, remarcó.

“Creo que cuanto más se quiere matar la devoción popular, nos alejamos más de ese amor que hay en el corazón de las personas por la Virgen, ese amor que después nos termina llevando a la Iglesia”, consideró.

“De alguna forma, lo que busco con este libro es orientar a toda esa gente buena que en un primer momento se convierte y no tiene argumentos teológicos —y que no les importan— pero que después, con el paso del tiempo, les empiezan a interesar, porque uno quiere saber un poco la doctrina eclesial sobre todos estos temas”, cerró.