Desde el lugar en el que ocurrió la Asunción de la Santísima Virgen María, los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa celebraron hoy esta importante solemnidad de la Iglesia Católica universal. Fray Francesco Patton, líder de la Custodia, aseguró que María es profecía de un mundo nuevo que “Dios quiere realizar mediante el don de su Hijo”.
Reflexionando sobre el pasaje del libro del Apocalipsis (11,19) que se lee durante la liturgia de hoy, el Custodio de Tierra Santa explicó que el texto ejemplifica la lucha del Pueblo de Dios contra el demonio, que intenta sabotear continuamente el advenimiento de un mundo y una humanidad nuevos, queridos por Dios mediante la Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección de su Hijo, nacido de María.
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Este ataque del demonio, continuó el franciscano en su homilía desde la tumba de la Virgen, en Getsemaní, al pie del Monte de los Olivos, se materializa especialmente en “las leyes de la violencia, de la guerra, del mercado, de la colonización cultural, de la mercantilización de las personas y de todo lo que es mal disfrazado de bien y motivado por pretextos políticamente correctos”.
Además, Fray Patton expresó que la Asunción de María en cuerpo y alma a los Cielos es un signo especial de Dios de esperanza segura y de consuelo, que nos hace comprender el sentido último de nuestras vidas, que no es el de “ser arrastrados hacia abajo” como el Dragón del Apocalipsis y las estrellas que le acompañaban, sino el de elevarnos hacia Dios, “hacia un mundo inspirado en la Jerusalén celestial”.
El Custodio de Tierra Santa precisó que la Santísima Virgen debe ser “profecía” para todos los creyentes, ya que es modelo de entrega confiada a los planes de Dios, invitándonos continuamente a hacer lo que Él nos diga, como ocurrió en Caná de Galilea.
“María es profecía de este mundo nuevo al permanecer bajo la cruz sin dejarse arrollar por el escándalo del mal gratuito, del sufrimiento inocente, de la muerte injusta”, afirmó.
“María es profecía de este mundo nuevo, finalmente, en su plena participación en la Pascua de su Hijo, convirtiéndose ella misma en la primera congregada con Cristo, signo para nosotros de que las promesas de su Hijo se realizan plenamente, ventana abierta a la plenitud de vida que nos espera en Dios”, añadió Fray Patton.
Por último, se refirió a las súplicas por la paz del mundo que ha impulsado el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, en esta solemnidad de la Asunción. El Custodio invitó a todos los bautizados a unirse a esta intención.