La Compañía de Jesús emitió una alerta sobre una persona que se “presenta falsamente como jesuita” en el estado mexicano de Puebla, deslindándose de “cualquier actividad o aclaración que realice esta persona en su nombre”.

Según un mensaje compartido en sus redes sociales, los jesuitas de México informaron que esta persona ofrece servicios religiosos utilizando una “credencial falsa”. 

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El P. Sergio Ángel Galindo Pérez, vocero de la Arquidiócesis de Puebla, confirmó a ACI Prensa que desde 2021 ya se había alertado sobre este individuo, quien ha estado ofreciendo servicios religiosos en varias regiones de Puebla, incluyendo Santa María Zacatepec, Coronango y Cholula.

El peligro de los “falsos sacerdotes”

El P. Galindo Pérez señaló que “se ha verificado el fenómeno, tanto en Puebla como en otros estados de la república mexicana, de la presencia de falsos sacerdotes”. Estas personas, indicó el vocero de la arquidiócesis, suelen encontrarse en “funerarias, mercados, casas particulares y otros lugares donde, de hecho, está prohibido celebrar la Eucaristía, como salones de fiestas, jardines, etc”.

El vocero alertó que “estos falsos sacerdotes se mimetizan” con los verdaderos sacerdotes católicos copiando “vestiduras, libros litúrgicos y ritos propios de la Iglesia Católica, pero sin ser ministros de la misma, y lo peor, sin haber recibido el sacramento del orden sacerdotal”.

Además, indicó que los sacramentos que administran “son falsos también”, por lo que  comparó el “riesgo real acudir a un falso médico para recibir el tratamiento adecuado”, con el de ir con un “falso sacerdote, quien carece de escrúpulos y es capaz de engañar la fe noble de los feligreses”. 

¿Cómo identificar a los falsos sacerdotes?

Para ayudar a los fieles a identificar “un sacerdote católico de un impostor”, el P. Galindo señaló que un sacerdote católico válidamente ordenado “cuenta con toda la documentación emitida por la curia diocesana, por la que dan da fe de su ordenación”. Sin embargo, también advirtió sobre la posibilidad de falsificaciones de credenciales.

Asimismo, señaló que, aunque algunas personas se presenten como misioneros o miembros de congregaciones religiosas, “no puede haber en ningún caso clérigos vagos”. Por lo tanto, dijo que toda identificación debe ser emitida por una diócesis, arquidiócesis o comunidad religiosa reconocida.

Además, mencionó que los verdaderos sacerdotes pueden ser localizados en lugares específicos como parroquias, rectorías, seminarios o en instalaciones de alguna pastoral diocesana, mientras que “un falso sacerdote presta su servicio a escondidas”, en lugares como casas particulares o funerarias, “pero nunca residen en iglesias”.

El P. Galindo Pérez también subrayó que las obras de caridad que realiza la Iglesia Católica “son siempre verificables, con nombres y direcciones reales”, como Cáritas de Puebla o el Banco de Alimentos. En contraste, los falsos sacerdotes suelen pedir “contribuciones económicas” sin proporcionar información verificable sobre sus supuestas obras de caridad.

Asimismo, el sacerdote destacó que los verdaderos ministros están “en comunión con su obispo y con las enseñanzas de la Iglesia y del Papa”. Aquellos que no obedecen a las autoridades eclesiásticas ni al Papa pueden estar fuera de la Iglesia y sus enseñanzas pueden “crear serias confusiones doctrinales en quienes los escuchan”.

Por otro lado, mencionó que los documentos emitidos por los sacerdotes son expedidos en las oficinas parroquiales, donde,“como verdaderas notarías, se guardan cuidadosamente los libros de sacramentos”.

El P. Galindo Pérez concluyó enfatizando la importancia del “sigilo sacramental”, por lo que “un sacerdote nunca puede revelar el secreto de confesión”. 

En cambio, un falso sacerdote “podría dar un consejo ajeno al sentir cristiano, lo que podría derivar en algún daño moral para la persona; además, nadie garantiza que revele las cosas que se le confían en una falsa administración del sacramento de la confesión”.