El presidente de la Pontificia Academia para la Vida (PAV), Mons. Vincenzo Paglia, recuerda que “la Iglesia reitera su absoluta oposición a cualquier forma de eutanasia y de suicidio asistido” y añade: “Es también mi convicción, aunque algunos quieran hacerme decir lo contrario”.
A la postura contraria a las prácticas que atentan de forma activa contra la vida humana en su final, Mons. Paglia ha añadido, en declaraciones a Vatican News, que “la Iglesia nos invita también a reflexionar sobre el hecho de que la obstinación irrazonable (obstinación terapéutica) no es expresión de una medicina y de unos cuidados verdaderamente a medida y a favor de la persona enferma”.
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En este sentido, ha añadido que, si bien “nunca debemos acortar la duración de la vida”, tampoco debemos “empeñarnos en obstruir su curso de ninguna manera”
Estas declaraciones se realizan después de que este jueves Mons. Paglia se reuniera con el Papa Francisco para presentarle el glosario Pequeño léxico del final de la vida publicado por la PAV el pasado mes de julio.
En las últimas semanas, algunos análisis del texto sugerían que el texto contenía “aperturas” respecto de la posición esencial de protección de la vida humana defendida por el humanismo cristiano católico.
Respecto de estas críticas, Mons. Paglia ha recordado que “ya en 1956, Pío XII -como recoge el Léxico- afirmaba la licitud de suspender la ventilación si se daban ciertas condiciones graves” y que, en 2007, la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe, reconocía que algunas prácticas médicas “pueden ser lícitamente interrumpidas (o no iniciadas) cuando supongan ‘pesadez excesiva o molestias físicas importantes’”.
A su entender, “se trata de dos criterios que forman parte de la definición de tratamiento desproporcionado, es decir, aquel que debe interrumpirse. Se trata de una evaluación que requiere siempre, en la medida de lo posible, la participación del enfermo”.
“El Léxico debe leerse íntegramente”, exhortó.
Preguntado por el parecer el Papa Francisco expresado durante su encuentro, Mons. Paglia afirmó: “El Papa Francisco reiteró su aprecio por el trabajo que realiza la Pontificia Academia para la Vida. Ciertamente el tema del final de la vida es complejo y la Iglesia tiene de su lado un rico Magisterio, desde Pío XII en 1957 hasta hoy. La vida debe ser defendida a lo largo de toda la existencia, no sólo en algunos momentos particulares. Sobre todo, hay que defender el derecho a la vida, y en particular la vida de las personas débiles, para contrarrestar esa "cultura del descarte" que se esconde tras la pretensión de autosuficiencia y autonomía de las mujeres y hombres de hoy”.
No es la primera vez que se genera cierta polémica en torno a unas declaraciones de Mons. Paglia respecto de la eutanasia o el suicidio asistido.
En abril de 2023, la PAV tuvo que emitir un comunicado ante lo que calificó de “interpretaciones incorrectas del pensamiento de Mons. Paglia” sobre la ley de suicidio asistido aprobada en Italia.
En aquella ocasión expuso que “no hay que descartar que en nuestra sociedad sea practicable una mediación legal que permita la asistencia al suicidio en las condiciones especificadas por la Sentencia 242/2019 del Tribunal Constitucional: la persona debe 'estar mantenida con vida mediante tratamiento de soporte vital y afectada por una patología irreversible, fuente de sufrimiento físico o psíquico que ella encuentre intolerables, pero plenamente capaz de tomar decisiones libres y conscientes'”.
“Personalmente no practicaría la asistencia al suicidio asistido, pero comprendo que una mediación jurídica pueda constituir el mayor bien común concretamente posible en las condiciones en las que nos encontramos”, agregó el presidente de la PAV.
Al respecto, la PAV afirmó que “En este contexto preciso y específico, Mons. Paglia explicó que, en su opinión, es posible una 'mediación jurídica' (ciertamente no moral) en la dirección indicada por la Sentencia, manteniendo el delito y las condiciones en las que se despenaliza, ya que el mismo Tribunal Constitucional ha pedido al Parlamento que legisle”.
También Vatican News ha preguntado a Mons. Paglia sobre estas “mediaciones legales”, a lo que ha respondido que “No hay ‘mediaciones aceptables’ a priori. Ciertamente, en las cuestiones fundamentales y muy delicadas del final de la vida es deseable que se alcance el mayor consenso común posible y, por tanto, que se mantenga frente a las diferentes sensibilidades y creencias religiosas de forma respetuosa. Esta es la tarea de la política. La Iglesia puede colaborar, con vistas al bien común de toda una sociedad. A ella le corresponde formar conciencias, más que elaborar leyes”.