El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha hecho público el tema elegido por el Papa Francisco para la 58ª Jornada Mundial de la Paz 2025 que se celebrará el próximo 1 de enero: “Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz”.
Este título “manifiesta una consonancia natural con el sentido bíblico y eclesial del año jubilar y se inspira en particular en las cartas encíclicas Laudato Si y Fratelli tutti, sobre todo en torno a los conceptos de esperanza y perdón, corazón del Jubileo” que convocado por el Papa Francisco para el año 2025.
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Esta orientación supone, según informa el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, “una llamada a la conversión orientada no a condenar, sino a reconciliar y reconciliarse”.
El dicasterio considera que “pueden surgir orientaciones concretas que conduzcan a un cambio muy necesario en los ámbitos espiritual, moral, social, económico, ecológico y cultural” a partir de la realidad de “los conflictos y pecados sociales que afligen hoy a la humanidad” así como de la “esperanza inherente a la tradición jubilar de la remoción de los pecados”.
Así, añade, “sólo a partir de una verdadera conversión, personal, comunitaria e internacional, podrá florecer una verdadera paz que no se manifieste sólo en la conclusión de los conflictos, sino en una nueva realidad en la que se curen las heridas y se reconozca la dignidad de cada persona”.
En años anteriores, los temas propuestos por el Papa Francisco para esta jornada han versado sobre la inteligencia artificial, el diálogo entre generaciones, la cultura del cuidado, o la buena política.
Una iniciativa de San Pablo VI
La convocatoria para celebrar esta jornada la realizó por primera vez el Papa San Pablo VI, quien estableció que el 1 de enero de 1968 se celebrara el entonces conocido como Día de la Paz, hoy Jornada Mundial.
En su primer mensaje, el Pontífice señaló que la intención es que esta conmemoración “interprete las aspiraciones de los pueblos, de sus gobernantes, de las entidades internacionales que intentan conservar la paz en todo el mundo, de las instituciones religiosas tan interesadas en promover la paz, de los movimientos culturales, políticos y sociales que hacen de la paz su ideal, de la juventud –en quien es más viva la perspicacia de los nuevos caminos de la civilización, necesariamente orientados hacia un pacífico desarrollo, de los hombres sabios que ven cuán necesaria sea hoy la paz y al mismo tiempo cuán amenazada”.
Esta iniciativa se adelantó a la ONU, que no designó un Día Internacional de la Paz hasta el año 1981. La fecha, que se celebra el 21 de septiembre, se denomina, desde 2001, Día de no violencia y alto el fuego.