Las familias que sufren la pérdida de sus bebés recién nacidos con frecuencia también deben enfrentar la carencia de apoyo en los hospitales, e incluso ocasionalmente la falta de empatía de algunos profesionales de la salud.

Frente a este drama humano, en 2018 un grupo de mujeres en Panamá fundó “Huellas de Ángel”. Analissa Ortega, miembro fundadora de la organización, compartió con ACI Prensa que esta iniciativa “nace del dolor” de varias familias que experimentaron la pérdida de sus bebés en diferentes etapas, desde la gestacional hasta la infantil.

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“Todas habíamos pasado nuestro duelo muy solas, y además, la atención en los hospitales no había sido la mejor en varios casos”, recordó Ortega. A raíz de esa experiencia, indicó que decidieron “crear una fundación para brindar apoyo, acompañamiento y contención a las familias que atraviesan este dolor”.

Ortega explicó que “Huellas de Ángel” realiza cuatro actividades fundamentales. La primera, “Apoyo Familiar”, se centra en proporcionar contención emocional para que “cada persona que venga a nosotros no se sienta sola y lleve un proceso de duelo sano”. 

Otra actividad es la del grupo de apoyo conocido como “Café con Huellas”, donde se comparten “experiencias, sentimientos, el proceso de duelo y las emociones asociadas”. Se realiza dos veces al mes: una de forma virtual, que incluye a participantes del extranjero, y otra presencial.

Por otro lado, realizan capacitaciones en hospitales y centros médicos mediante el programa “Dejando Huellas”, que enseña a los profesionales de la salud a ofrecer una atención más empática en momentos de pérdida. Ortega explicó que “la contención que los padres reciben en el hospital puede hacer que el duelo sea menos traumático”.

También realizan el proyecto “Recuerdos de mi Bebé”, que incluye la donación de cajitas de recuerdos a los hospitales para las familias que enfrentan una pérdida. Ortega señaló que estas cajas contienen varios elementos significativos, como un dije en forma de corazón que se parte a la mitad (una parte para los padres y la otra para el bebé), un “certificado” de vida o nacimiento con el nombre del bebé, papelería para tomar las huellas de manos y pies, entre otros detalles.

Además, “Huellas de Ángel” realiza donaciones de cunas tejidas para que los hospitales puedan presentar al bebé de una manera “cariñosa”. 

Ortega compartió que cuando los bebés fallecidos son presentados a los padres, a menudo es en una mesa de acero fría y con una manta de hospital. “Que te presenten a tu bebé así es muy traumático”, señaló. 

Con las cunas tejidas que la fundación dona a los centros de salud, dijo, “los padres pueden decidir quedarse con la ‘cunita’ o enterrarla con el bebé, pero es una manera de presentarlo de una manera digna y no tan fría”.

La importancia de la fe en Dios de cara a una pérdida

El P. Roberto Funes Díaz, sacerdote mexicano de la sociedad clerical Cruzados de Cristo Rey, indicó que la fe en Dios es “lo que mejor interviene para que la persona no quede anclada en las emociones que brotan, por ejemplo, de negar, de enojarse o entristecerse por la pérdida”.

En entrevista con ACI Prensa, el presbítero indicó que esta esperanza en Dios es la que permite “aceptar la pérdida como parte del plan de Dios y encontrar consuelo en la esperanza de una felicidad futura”.

Por otra parte, el P. Funes Díaz señaló la importancia de dar “honor y respeto” a un difunto de diferentes formas: “La sepultura y el trato adecuado demuestran el honor que le tenemos a alguien que es imagen de Dios”.

Asimismo, el P. Funes Díaz hizo un llamado a rezar por las personas que han fallecido. Estas oraciones, indicó, son fundamentales para la “purificación de los pecados y acortan el proceso de alcanzar la unión con Dios, especialmente cuando la devoción y el deseo de unión con Dios son intensos por parte de quienes oran”. 

En particular, el sacerdote pidió realizar una oración por los niños que “murieron antes de nacer”, ya que, aunque “no tuvieron la oportunidad de cometer pecados con conciencia”, explicó el sacerdote, “cargan con el pecado original y requieren purificación”.