Al recibir en el Vaticano este 3 de agosto a seminaristas del Seminario Mayor “Nuestra Señora de los Apóstoles”, de Getafe (España), el Papa Francisco señaló lo que esperan Dios y la Iglesia Católica de los sacerdotes, y recordó “cuatro aspectos fundamentales” en su formación.

El Santo Padre recibió en audiencia sobre las 8:00 a.m. (hora local) a los seminaristas, que llegaron acompañados del Obispo de Getafe, Mons. Ginés García Beltrán, y su Obispo Auxiliar, Mons. José María Avendaño. A ellos se sumaron el rector y los formadores del seminario, en el que actualmente se forman más de 30 jóvenes.

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En un video mensaje difundido el 2 de agosto, Mons. Ginés García Beltrán aseguró que llegaron a Roma “con un corazón abierto para escuchar lo que el Papa quiere decirnos, las recomendaciones que el Papa quiere darnos, pero sobre todo para encontrarnos con él y poder reiterar nuestra adhesión filial, poder reiterar nuestra unión con él y la necesidad que tenemos de trabajar unidos con toda la Iglesia”.

Los seminaristas, como destacó el Santo Padre al inicio del encuentro de hoy, visitaron Roma en peregrinación a la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo, en el marco de la celebración de los 30 años de la fundación del Seminario Mayor “Nuestra Señora de los Apóstoles”.

Aunque creado originalmente en 1992, un año después de que fuera erigida la Diócesis de Getafe —sufragánea de la Arquidiócesis de Madrid—, el seminario se trasladó en octubre de 1994 a su ubicación actual, en el Cerro de los Ángeles, donde también se encuentra el Monumento al Sagrado Corazón y la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles.

El lugar, destacó el Papa Francisco hoy, es “tradicionalmente considerado como el centro geográfico de la península ibérica”.

Lo que esperan Dios y la Iglesia Católica de los sacerdotes

El Santo Padre recordó que San Juan María Vianney, patrono de sacerdotes cuya fiesta la Iglesia Católica celebra el 4 de agosto, “decía que ‘si comprendiéramos bien lo que es un sacerdote en la tierra, moriríamos: no de miedo, sino de amor’”.

“Inspirándome en este pensamiento del santo Cura de Ars, en el que encontramos resumida su vida de entera consagración a Dios y a sus feligreses, quisiera recordarles, queridos seminaristas, que también ustedes han recibido esta llamada de amor del Señor, y con la ayuda de sus formadores y de muchas otras personas se están preparando para recibir un día el don del sacerdocio”.

El Papa señaló luego que “este camino de configuración con Jesús, buen pastor, no está exento de dificultades; por eso, cada vez que me encuentro con seminaristas les recuerdo que tienen que recorrerlo cuidando cuatro aspectos fundamentales, que son la vida espiritual, el estudio, la vida comunitaria y la actividad apostólica”.

“Es indispensable que no pierdan de vista la armonización que deben realizar de esta cuádruple realidad, porque el Señor, y la Iglesia, esperan que los sacerdotes sean, ante todo, hombres íntegros y generosos en la respuesta a la vocación recibida, siempre disponibles para la escucha y el perdón, decididos a vivir hasta el tope su entrega total a Dios y a los hermanos, con especial predilección por los que más sufren, por los pobres y los descartados”, indicó.

Al finalizar su mensaje a los seminaristas, el Papa Francisco aseguró que pide “al Señor Jesús que Él sea para cada uno de ustedes el centro de vuestra vida, que vaya modelando sus corazones según el suyo, y que los tenga siempre muy pegaditos a su corazón”.

“Y a Nuestra Señora de los Ángeles, que vele por ustedes y los acompañe en su camino. Muchas gracias”, concluyó.