La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) convocó a una jornada de oración —el próximo 4 de agosto— por las necesidades de Venezuela y Colombia, “para que en torno a la oración reforcemos los lazos de fraternidad y se incentiven los esfuerzos y acciones que favorezcan la solución de su preocupante contexto social y político”.
“Los Señores Obispos de la frontera entre las dos naciones continúan liderando acciones humanitarias en favor de la población migrante y desplazada. Los demás Obispos, al interior de ambos países, seguimos contribuyendo decididamente desde nuestras iglesias particulares en los procesos de reconciliación, justicia y paz en las regiones. ¿Cómo no unirnos todos en la plegaria confiada, pidiendo a Dios que continúe dándonos su luz y su fuerza en la búsqueda del bien común y la paz?”, expresó la CEC.
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Además, la jornada girará en torno al salmo: “El Señor da fuerza a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz” (salmo 29,11). Según explicaron, la complicada realidad que atraviesan ambos países reclama una “acción conjunta de hermanos” y una plena confianza en que el Señor ayudará “a superar el recrudecimiento de la violencia por causa del conflicto interno colombiano y por la incertidumbre frente al proceso electoral venezolano”.
Por último, los obispos colombianos —encabezados por Mons. Francisco Javier Múnera, Arzobispo de Cartagena y presidente de la CEC— encomendaron ambos pueblos a la protección de la Santísima Virgen María, Madre de la Esperanza, especialmente bajo las advocaciones de Nuestra Señora de Coromoto y Nuestra Señora de Chiquinquirá.
“Ella, como Madre siempre atenta a las necesidades de sus hijos, nos ayude a alcanzar, con su intercesión, la unidad y la paz”, concluyeron.