Regresa la imagen de la Virgen de Luján que había sido robada de una basílica en Argentina

La imagen de la Virgen de Luján que había sido robada de la Basílica Santa Rosa de Lima, en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina), fue recuperada y volverá al templo con una gran celebración prevista para el 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen.

Hace poco más de un mes, un hombre que ingresó a la basílica, ubicada en el barrio porteño de Balvanera, para pedir asistencia, tomó la imagen de la Virgen y se la llevó, según quedó registrado en los videos de seguridad.

A partir de ese momento, el párroco del lugar, P. Sebastián Sury, comenzó una campaña de búsqueda de la imagen. 

El P. Rodrigo Barros, sacerdote del lugar, relató al programa televisivo Poliedro, de Canal Orbe 21, cómo fue que recuperaron la imagen, con una historia que, consideró, “verdaderamente es de fe, es de Dios”.

“Esta historia empezó mal porque una persona vino a pedir una asistencia, fui a buscarle una manta, y terminó robándose la Virgen, y provocó dolor y enojo también en algunas personas”, recordó el sacerdote.

La persona que robó la imagen lo hizo alrededor de las 18:00 horas (hora local), y “después de las 20 ya estaba por esa zona ofreciéndola por un poco de dinero”, explicó. 

En sus intentos por venderla, este sujeto se encontró con un matrimonio de origen paraguayo que desde hace muchos años vive en Argentina, “y en cuanto vieron a este señor que andaba ofreciendo a la Virgen, le ofrecieron algo de dinero que ellos tenían —no demasiado— y le compraron la imagen”, narró.

“Pero en cuanto ellos la compraron dijeron: esta imagen de algún lado es, la sacó de alguna parte, quizás inclusive de alguna iglesia, pensaron. Y esa misma noche, la señora le prende una velita a la Virgen, le reza y le dice: ‘Vos tenés que volver a tu casa, en algún momento vas a volver al lugar de donde sos’”, detalló.

“Comenzó así esta historia: se quedó en esa casa, esta familia le rezó cada día, luego se comunicaron con un sacerdote del barrio Villa 31, en Retiro, le comentaron que tenían una imagen de la Virgen, que alguien se la había ofrecido, y que para ella era de alguna parroquia, de alguna capilla o de algún lugar significativo”, continuó.

Los sacerdotes de Villa 31 se comunicaron luego con el párroco de Santa Rosa de Lima y, luego de algunas semanas, el P. Barros junto a una hermana auxiliar de la parroquia fueron a buscar la imagen, y pudieron compartir un momento con la familia que la cuidó durante ese tiempo.

“Estuvimos compartiendo con esa familia, muy emocionados de conocernos. Nos contaron cómo había sido que ellos la obtuvieron. Son una familia de fe, muy humildes, muy sencillos, con un gran corazón. Eso fue lo que más nos impactó”, expresó el sacerdote.

“Les brotaban las lágrimas cuando nosotros les contábamos esta historia, de cómo se había ido de acá la Virgen, y la verdad nosotros también muy emocionados, no podíamos creer y no dejábamos de agradecer a Dios el encontrarnos con ellos y este gesto de devolverla, de decir: la Virgencita tiene que volver a su casa”.

El P. Barros comparó esta historia con los relatos del Negro Manuel, primer custodio de la Virgen de Luján, a quien la imagen de la Virgen “se le desaparecía” para ir “a ver a algunos otros hijos”. 

Al respecto, reflexionó: “La Virgen no sólo espera la visita de sus hijos, sino que también vemos que la Madre es como toda Madre, que sale al encuentro de sus hijos”.

¿Cuándo regresará la Virgen?

“Se está armando el festejo, la gran celebración del regreso de la imagen al templo y que pueda estar aquí para esta Solemnidad, pero estamos invitando a esta familia, a este matrimonio, a su hijo”, anticipó el P. Barros.

“Si ellos pueden venir a acompañarnos, quisiéramos que estén presentes en la Misa y quizás también esta señora —que se llama Isabel justamente— pueda entrar con la Virgen y todos acá recibirla”, anheló. 

La Misa será el jueves 15 de agosto a las 19:30 horas, en la basílica ubicada en Av. Belgrano 2216, de la Ciudad de Buenos Aires. Hasta entonces, la imagen permanece en la capilla privada de la casa parroquial, y “está intacta”, dijo el sacerdote.