El Cardenal Gerhard Ludwig Müller ha rechazado enérgicamente las acusaciones de irregularidades financieras durante su tiempo como prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, y las calificó de “literatura sensacionalista barata”.
El exprefecto, que ocupó el cargo de 2012 a 2017, insiste en que “ni un solo centavo” fue mal manejado bajo su liderazgo, informó CNA Deutsch, agencia en alemán de EWTN News.
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En una entrevista con el semanario católico alemán Die Tagespost, el Cardenal Müller abordó un informe reciente que sugiere que su mandato no fue renovado debido a una mala gestión financiera.
Citando varias fuentes anónimas en el Vaticano, el sitio web The Pillar informó que supuestamente se encontraron grandes sumas de dinero en efectivo en las oficinas del dicasterio, y que más de 200.000 euros destinados a la cuenta bancaria del dicasterio fueron depositados en la cuenta personal del Cardenal Müller.
El informe también afirmó que estos descubrimientos se realizaron durante una investigación dirigida por la Secretaría de Economía dirigida por el fallecido Cardenal George Pell.
En respuesta a estas acusaciones, el Cardenal Müller dijo: “Si la gente se hubiera dado cuenta, como lo hizo el Cardenal Pell, de que el dicasterio no perdió un solo centavo al final, podrían haberse ahorrado el refrito de un asunto zanjado hace mucho tiempo”.
Según CNA Deutsch, el cardenal reconoció que un miembro del personal había “trasladado dinero de ida y vuelta entre las cuentas individuales del dicasterio y, aunque no de manera ilegal, conservaba cantidades inusualmente grandes de efectivo”.
Sin embargo, el Cardenal Müller aseguró enfáticamente que este empleado no se había apropiado indebidamente de “la más mínima” de la propiedad del dicasterio.
El exprefecto también respondió a las preguntas sobre la sustitución de una antigua mesa de conferencias en las oficinas del dicasterio. El Cardenal Müller explicó que durante su mandato había adquirido un valioso mobiliario nuevo para el dicasterio gracias a los esfuerzos de recaudación de fondos. Como parte de este proceso, dijo, la antigua mesa de conferencias fue debidamente dispuesta con la aprobación de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA).
“Como prefecto, pude adquirir muebles nuevos y valiosos para el dicasterio a través de la recaudación de fondos”, declaró el purpurado, subrayando que todas las acciones se llevaron a cabo con la debida supervisión y aprobación.
Especulaciones y sucesores
Las acusaciones que surgieron repentinamente esta semana no son la primera vez que la salida del Cardenal Müller ha llegado a los titulares, en informaciones que el purpurado luego rechazó.
El Papa Benedicto XVI nombró al purpurado alemán para dirigir el más alto departamento doctrinal de la Iglesia Católica en 2012. Su mandato de cinco años terminó sin renovación en 2017, durante el pontificado del Papa Francisco.
En ese momento, informes de los medios aseguraron que el Papa le había hecho al cardenal “cinco preguntas puntuales” en una conversación personal, una afirmación que el Cardenal Müller rechazó categóricamente.
Sin embargo, su salida del cargo fue ampliamente interpretada como un deseo de un nuevo liderazgo en la oficina doctrinal del Vaticano.
El sucesor del Cardenal Müller, el cardenal jesuita Luis Ladaria Ferrer, fue sucedido en 2023 por el teólogo personal y ghostwriter (escritor fantasma) del Papa Francisco, el Cardenal Víctor Manuel Fernández.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.