“La fe no es un juego” es el título de la petición popular lanzada desde la asociación italiana Pro Vita & Famiglia para pedir al Comité Olímpico Internacional que condene la representación blasfema durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París.
Tras la parodia de la Última Cena protagonizada por un grupo de drag queens el pasado 26 de julio, esta asociación provida inició una campaña de sensibilización y comenzó a trabajar “para tomar medidas serias contra estos hechos discriminatorios por parte del Comité Olímpico Francés”.
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El portavoz de la asociación, Jacopo Coghe, señaló en declaraciones a ACI Prensa que eventos globales como éste, retransmitidos a todo el mundo, “son utilizados por grupos de poder y de intereses económicos o políticos precisamente para transmitir mensajes y visiones a gran escala”.
“Es muy triste que las Olimpiadas, nacidas para unir a los pueblos, se utilicen ahora para dividirlos”, resaltó.
En este sentido, denunció que vivimos “en una situación de constante ‘martilleo’ ideológico pro-LGBT por parte de políticos e instituciones, que deberían velar por la protección de la libertad de expresión”.
En cambio, continuó, “quieren adoctrinar a todos al pensamiento único dominante, y por tanto ‘aplanarnos’ para que pensemos igual que ellos; en la fluidez, la indiferencia sexual, y la aniquilación de las sanas y bellas diferencias entre hombres y mujeres”.
“El objetivo también es bastante claro: si todos estamos ‘aplanados’ y todos somos iguales, sin diferencias, todos somos manipulables”, remarcó.
Los Juegos Olímpicos de París se han convertido para Coghe “en el escenario de un mensaje de odio que ofende a millones de cristianos”, que pone en peligro “la inocencia de los jóvenes” y que pretende hacer avanzar “la agenda LGBT”.
Asimismo destacó que, aunque se está intentando “normalizar” la ideología de género a nivel político, “vemos constantemente cómo la sociedad no está de acuerdo en absoluto”.
“En Italia, por ejemplo, lo demuestra el éxito de la petición contra la blasfemia en la ceremonia de apertura, que en pocos días casi alcanzó las 15.000 firmas”, destacó.
También recordó que “ha habido muchas protestas y ciudadanos indignados, tanto por ese espectáculo hipócrita y profanador como por los casos de atletas ‘trans’ en las Olimpiadas o en otras competiciones”.
El portavoz de Pro Vita & Famiglia se refirió así a la decisión del Comité Olímpico Internacional de permitir que dos boxeadoras que tendrían cromosomas XY puedan participar en las competiciones femeninas.
Una polémica que ha llegado también a la Cámara de los Diputados de Italia, donde el diputado Rossano Saso reiteró que “la locura ideológica woke ha sobrepasado todos los límites, de la decencia y de la dignidad y del respeto de los derechos de la mujer”.
“Esto no es inclusión, esto no son derechos, esto es deriva ideológica progresista contra las mujeres”, aseveró Saso.
Para Jacopo Coghe, la ideología de género, promovida por el colectivo LGBT, “es un virus que está infectando y corrompiendo devastadoramente todas las esferas de la sociedad con daños incalculables”.
Recordó además que el Papa Francisco lo ha definido como una devastadora “colonización ideológica”.
“Es precisamente en las competiciones deportivas donde vemos las contradicciones más flagrantes de la ideología de género, según la cual la identidad de género prevalece sobre la identidad biológica. No es así, sólo esta última es real”, concluyó.