La Fundación Española de Abogados Cristianos ha presentado una denuncia contra Francia ante la Comisión Europea y la ONU por las escenas de contenido blasfemo sobre la Última Cena protagonizadas por un grupo de drag queens durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos.
En la denuncia ante las autoridades europeas se defiende que el espectáculo vulneró varios artículos de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. En concreto, se refiere al artículo 10, referido a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión: el 21, que versa sobre el derecho a la no discriminación y el 22, que protege la diversidad cultural, religiosa y lingüística.
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En paralelo, la entidad de juristas españoles ha presentado otra denuncia ante la oficina del Relator Especial sobre libertad religiosa de la ONU, Nazila Ghanea, por una posible vulneración del artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que preconiza su aplicación sin discriminación de ninguna clase.
La denuncia ante la ONU también considera violados los artículos 2 y 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado por Francia. Estos artículos se refieren al compromiso de los estados firmantes a respetar y hacer efectivos los derechos que contiene el texto y ha garantizar que la ley prohibirá toda discriminación.
Por último, la denuncia ante el Relatos especial de la ONU defiende que se habría vulnerado la Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones en sus artíuclos 2, 3 y 4.
Por otro lado, Abogados Cristianos ha presentado ante la sede del Comité Olímpico Internacional en Suiza las más de 100.000 firmas recogidas en apenas unas horas pidiendo sanciones para los organizadores de los Juegos de París.
Para Polonia Castellanos, presidenta de la entidad jurídica española, “si el ataque contra los cristianos sin precedentes que tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de Francia no tiene consecuencias y no se sanciona a los responsables, nos exponemos a que se vuelva a repetir en los próximos Juegos Olímpicos y en cualquier ocasión”, según se recoge en un comunicado remitido a los medios.
Castellanos subraya como conclusión que “hay que poner freno, antes de que sea tarde, al aumento de la cristianofobia en Europa”.