La Universidad de Montevideo (Uruguay), presentó el pasado jueves el documental El Borro soñador, un filme inspirado en la vida de la educadora uruguaya Carmen Albana Sanz, y el papel de la Iglesia Católica como dadora de oportunidades.

Dirigido por Fernando Vallejo, el documental tuvo su presentación en la sede del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF, antes Corporación Andina de Fomento), y contó con la presencia del Arzobispo de Montevideo y Primado de Uruguay, Cardenal Daniel Sturla.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

La pieza documental narra la conmovedora historia de vida de Carmen Albana Sanz, quien creció en el barrio Borro, de la ciudad de Montevideo.

Allí, tuvo una infancia carenciada y gracias a la ayuda de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos) —con más de 80 años de presencia en el país— pudo estudiar hasta convertirse en una reconocida educadora. 

Hoy Sanz reside en España, donde hace algunos años fue elegida como la mejor maestra de Cataluña y luego recibió la nominación como la mejor maestra del país.

En el marco del estreno del documental, el Coordinador de Educación de la Facultad de Humanidades y Educación de la UM explicó que estas producciones buscan transmitir los frutos de “dar oportunidades a la gente”. 

“Acá lo que transmitimos son distintas historias de personas reales, algunas con sufrimiento físico, otras con sufrimientos más bien espirituales, en situación socioeconómica difícil, pero siempre con un sueño y una nobleza atrás, del valor a la vida, del valor a la persona”, añadió.

La protagonista de la historia, Carmen Albana Sanz, consideró que este documental “es un reflejo de lo que realmente sufren, viven, se ilusionan, la gente de los contextos más carenciados”.

En ese sentido, mencionó “dos grandes focos de luz”: La Iglesia y la educación. “La Educación como forma de transformación del ser humano y la religión por esa dignidad que te da como ser humano y por esa importancia de decir: ‘Eres hijo de Dios’”, resumió.