Con motivo de la celebración de las Fiestas Patrias este 28 de julio, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Mons. Miguel Cabrejos, hizo un llamado urgente a “recuperar la esperanza en la riqueza de la peruanidad”.

En un comunicado difundido el 24 de julio, en nombre del episcopado, el prelado expresó que la esperanza debe ser entendida no como una espera pasiva, sino como “una actitud activa para construir un mundo mejor”, siguiendo el pensamiento del Papa Francisco.

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El también Arzobispo de Trujillo, subrayó la necesidad de ser constructores de esperanza en medio de la prolongada crisis política, económica, social, moral y espiritual que atraviesa el país. “Nuestra querida Patria se encuentra en una prolongada crisis que nos obliga a preguntarnos: ¿Qué queremos hoy del Perú?”, cuestionó.

El prelado también destacó la importancia de los valores fundamentales como la libertad, soberanía, democracia, justicia, igualdad y unidad nacional, que deben seguir encendiendo la “llama de la esperanza”. 

Según el arzobispo, “200 años después de nuestra independencia, la peruanidad debe ser vista como cohesión social y sentido de pertenencia, un crisol donde se funden diversas tradiciones y culturas”.

Además, el comunicado abordó la debilidad actual de las instituciones peruanas, la falta de liderazgo en diferentes ámbitos y la escasa infraestructura en zonas alejadas, que han llevado a una gran fragilidad política y social. “La democracia peruana ha resistido a las amenazas, pero necesita de la participación activa de la sociedad civil, especialmente de nuestros jóvenes”, remarcó Mons. Cabrejos.

El líder de la CEP hizo un llamado a la acción para unir al pueblo peruano, rompiendo “con la indiferencia” y encaminándose hacia “una cultura de legalidad y fraternidad social”.

“Nadie puede fingir que no le atañe la vida del otro”, comentó Mons. Cabrejos citando al Papa Francisco sobre la importancia de una justicia restaurativa que “repare el daño, las relaciones afectadas y busque la reconciliación”.

En este contexto, expresó que “necesitamos un diálogo persistente en el tiempo, valiente en las propuestas y vinculante en las decisiones” para recuperar la moral y espiritualidad de la peruanidad.

“En estas fiestas patrias, invoquemos al Señor de los Milagros, ícono de la fe y esperanza de nuestro pueblo, a la Santísima Virgen de la Merced, Gran Mariscala del Perú, para que nos acompañen y sostengan en la construcción de nuestro querido Perú, con especial mirada a los más débiles y vulnerables”, concluyó Mons. Cabrejos.