El director general del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, Rogelio Blanco anunció que en breve España podrá completar su archivo del Tribunal de la Inquisición gracias a un acuerdo de intercambio de documentos con la Santa Sede.
Según informó Blanco, en septiembre tendrá lugar la reunión con Mons. Alejandro Cifres, director del archivo del Santo Oficio, “para completar los procesos más relevantes del Tribunal de la Inquisición en España, ya que éstos se iniciaban aquí, pero las apelaciones y recursos ante la Santa Sede se quedaban en el Vaticano y no volvían”.
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“Hoy disponemos de una información incompleta sobre los mismos que pretende subsanarse con este intercambio de documentos microfilmados: nosotros facilitamos al Archivo de la Santa Sede los expedientes de la parte española de los que carece, y éste proporciona al Estado español la parte romana, con lo que se cierra un círculo de información sumamente interesante para el conocimiento de la Historia”, explicó.
Blanco precisó al diario ABC de Madrid que “toda la información que podamos obtener en este intercambio pasará a engrosar la Sección de Inquisición del Archivo Histórico General de Salamanca. Además, tenemos la intención de incorporarla al Plan de Archivos Estatales en Red (AER), proyecto que necesita ser impulsado y mejorado, para que, a través de Internet, esos fondos puedan ser consultados por los investigadores de cualquier parte del mundo, especialmente de Iberoamérica, en donde también actuó el Tribunal de la Inquisición española, y hay mucho interés por esta cuestión”.
Recurso valioso para conocer la historia
El pasado mes de junio Mons. Alejandro Cifres, director del Archivo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, explicó que la iniciativa es parte de un proyecto cuyo “objetivo es catalogar todos los fondos inquisitoriales existentes en Italia y procedentes de cualquier Inquisición, esto es la medieval, la española o la romana”.
“Los historiadores distinguen tres inquisiciones: la medieval, ejercida por los obispos locales, o por la Santa Sede con carácter puntual y esporádico (por ejemplo, la Cruzada contra los Albigenses); la española (y más tarde, por imitación, la portuguesa), creada a finales de 1400 por los Reyes Católicos con el beneplácito y bulas papales, con actuación restringida al territorio de la Corona española (y Portuguesa), o sea, también en América y en los territorios europeos (en particular italianos) dependientes de ella; y una tercera inquisición, la romana, la más moderna, fundada por el Papa Pablo III en 1542 e inspirada en el modelo centralista español, pero con ámbito teóricamente universal”, explicó.
“Estudiar o completar los respectivos archivos, el de la española conservado en el Archivo Histórico Nacional, y el de la romana (mi archivo) significa poner en relación documental dos realidades más unidas de lo que a primera vista pudiera parecer”, señaló en aquélla oportunidad Mons. Cifres.
Según Mons. Cifres, “en la investigación histórica es fundamental el contexto. Los hechos y los textos no pueden separarse del ambiente, la época, las personas, en definitiva, del entorno que los ha visto nacer. Cuanto más ampliamos ese contexto, más se facilita una profundización objetiva, libre de prejuicios, de los hechos que estudiamos. En el caso de la Inquisición, tanto española como romana, disponer de la documentación más completa permitirá estudiarla con más objetividad”.