Todo el esfuerzo de Oswaldo Payá para lanzarse a la búsqueda de la libertad de Cuba fue motivado por su fe y amor a Cristo, expresó el rector de la Ermita de la Caridad, en Miami, P. José Espino, al referirse al fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), cuya memoria fue recordada el lunes 22 de julio.

Ayer se cumplieron doce años del fallecimiento de Oswaldo Payá y del activista Harold Cepero, ocurrida cuando se dirigían en un vehículo al oriente de Cuba para promover una iniciativa para unificar a la oposición pacífica. Ambos iban acompañados del español Ángel Carromero y el sueco Aron Modig.

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El argumento del régimen comunista fue que el vehículo de los disidentes se estrelló contra un árbol a causa de un exceso de velocidad. Sin embargo, las pruebas presentadas por la familia y el MCL apuntan a que un automóvil del gobierno los habría embestido para sacarlos de la autopista.

En el 2013, la familia de Payá y el MCL presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una petición para que lleve a cabo una investigación.

El 12 de junio de 2023, el órgano de la OEA publicó un informe que afirma que existen “múltiples elementos de evidencia relacionados con la participación de agentes estatales en la muerte de los señores Payá y Cepero”.

Una vida de fe dedicada a Cuba

Desde la Ermita de la Caridad, centro de reunión y devoción mariana de la comunidad cubana en Estados Unidos, el P. Espino reflexionó sobre la vida de fe y entrega de Oswaldo Payá para llevar a su país al camino de la democracia.

“Sé que todo el esfuerzo de Oswaldo fue motivado por su fe. Fue frente al Santísimo que él decidió lanzarse a proclamar algo nuevo. No solamente para él, sino para nuestro país”, aseguró el sacerdote cubano ante los fieles y familiares presentes.

El rector de la Ermita de la Caridad señaló que las promesas de Cristo “lo empujaban a buscar el hombre nuevo verdadero, que no es creado por una sociedad dictatorial, sino por la libertad de los hijos de Dios”.

El 8 de septiembre de 1988, Payá fundó con otros activistas católicos el MCL, desde el cual promovió el Proyecto Varela —que toma el apellido del sacerdote cubano Félix Varela—, una iniciativa para democratizar pacíficamente Cuba.

El sacerdote señaló que el legado de Oswaldo y Harold invita a los cubanos a seguir soñando, “pero también haciendo realidad un mundo nuevo para todos”. Además, afirmó que el sacrificio de ambos “no ha sido en vano”.

“Les invito en esta noche, ante todo, a confiar que nuestros difuntos están en manos de Dios, que el sacrificio nunca es en vano, que las promesas del Señor se cumplirán”, aseguró el rector, quien también pidió rezar por Cuba, pero en particular por Venezuela, “que está en un momento crítico de elecciones” presidenciales, que se celebrarán el domingo 28 de julio.

Ante los fieles cubanos, el P. Espino señaló que “todavía nosotros estamos llamados a proclamar no solamente la posibilidad, sino la necesidad de un mundo nuevo. Un lugar donde no haya discriminación ni injusticia, donde haya una libertad plena para todo hombre”.