El Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia “Minerva Bello”, que pertenece a la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, en el estado mexicano de Guerrero, denunció que un “hombres armados” persiguieron el miércoles 17 de julio el vehículo en el que viajaba el P. José Filiberto Velázquez Florencio, conocido como el “Padre Fili”, sacerdote que ha tenido un rol clave en los diálogos por la paz frente al crimen organizado.
A través de un comunicado, el centro de derechos humanos dirigido por el P. Velázquez relató que el sacerdote había estado acompañando a normalistas —docentes en formación— y a migrantes en el estado de Chiapas. Cuando emprendió su regreso a Guerrero, notó que era “seguido por un vehículo tipo camioneta con hombres armados” que le hizo señas para que se detenga, señala el documento.
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El equipo de seguridad de Protección Federal, que acompaña al sacerdote como parte del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas al que está inscrito por ataques previos, habría decidido no detenerse y dirigirse a la caseta de peaje más cercana, “lo que provocó una persecución persistente y amenazante”.
Al llegar a la caseta, el vehículo agresor se habría dado la vuelta. El comunicado indica que, tras lo ocurrido, se solicitó apoyo en dos retenes de la zona, pero “desafortunadamente ni la Guardia Nacional ni el Ejército han prestado auxilio”.
Al ser consultado por ACI Prensa el 19 de julio si consideraba que la persecución estaba relacionada con su trabajo en la defensa de derechos humanos, el P. Velázquez Florencio dijo: “Sí, y también por el contexto de violencia actual y de impunidad en México”.
Amenazas y atentados en contra del Padre Fili
No es la primera vez que el P. Velázquez Florencio enfrenta situaciones similares. En octubre de 2023, sufrió un atentado mientras transitaba por la carretera que conecta Tixtla y Chilpancingo, en Guerrero.
A través del Centro de Derechos de las Víctimas de la Violencia “Minerva Bello”, el sacerdote ha documentado y denunciado la violencia en la región, enfrentándose a amenazas de diversos tipos.
El sacerdote compartió con ACI Prensa que los intentos de intimidarlo también las realizan a través de redes sociales: “Usualmente [son] amenazas ligadas al crimen organizado, de que ‘me van a dar piso’”, indicó, refiriéndose al eufemismo que usarían los delincuentes para decir que lo van a matar.
De acuerdo con su propio testimonio, el P. Velázquez ayudó a que líderes de grupos criminales pudieran participar en un diálogo que llevó a una tregua a la violencia que asolaba la región.
Por esta razón, el Centro de Derechos Humanos, en su comunicado, hizo un llamado “enérgico” a las autoridades competentes “para que garanticen la integridad física y psicológica de nuestro director”.
El sacerdote dijo a ACI Prensa que los mecanismos de seguridad que proporcionan las autoridades “son insuficientes”, dado que “usualmente se otorgan ya que acontecieron los ataques y no son preventivas”.
A pesar de los riesgos, el sacerdote afirmó que seguirá con su labor, motivado por “el propio llamado de la vocación a servir y dar la vida por el hermano”, con el ejemplo de “miles de testimonios de mártires en Latinoamérica que han dado su vida por el Reino de Dios”.