A pesar de las difíciles condiciones socioeconómicas y culturales que impiden a muchas niñas crecer académicamente en África, una organización eclesial —inspirada en la figura de Santa Josefina Bakhita— ayuda a superarse a más de 3.000 niñas en 80 escuelas católicas.
El sacerdote jesuita Charles Chilufya, en una conversación con Vatican News, destacó la labor de la Asociación Bakhita para la Educación (BPE, por sus siglas en inglés) en 5 países del continente, ayudando a niñas vulnerables a reinsertarse en los sistemas escolares y que así puedan obtener una educación de calidad.
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Además, el P. Chilufya remarcó la necesidad urgente de “crear entornos que empoderen a las niñas y garanticen su seguridad”, especialmente en los países de Kenia, Malawi, Uganda, Tanzania y Zambia.
“El Papa Francisco ha hablado a menudo del valor de la educación como herramienta de esperanza y sanación, especialmente en contextos de conflicto y crisis”, expresó el jesuita. “Los esfuerzos de la Asociación Bakhita para la Educación van más allá de las aulas. Proporciona apoyo psicosocial y fomenta un entorno en el que las niñas pueden desarrollarse con seguridad y confianza”, agregó.
Por su parte, la religiosa zambiana Bertha Chisanga, coordinadora de la asociación, comentó a los medios vaticanos que las escuelas del país que participan del proyecto reportan menos deserciones, mejor rendimiento académico y un descenso en las cifras de embarazos y matrimonios precoces entre las niñas de Zambia.
Además, Vatican News recogió que la religiosa expresó “que la creación de oportunidades educativas transformadoras, inclusivas y adaptadas para dotar a las niñas de las herramientas necesarias para su progreso personal y social es importante para las sociedades que aspiran a crear un entorno seguro para ellas”.
La iniciativa comenzó en 2021. En cada país se ajusta a los objetivos educativos del gobierno y su labor le ha valido el apoyo de diversas organizaciones internacionales. El P. Chilufya destacó la importancia de estas asociaciones estratégicas educativas.
“Nuestro compromiso es inquebrantable”, sentenció, y comentó que están “dedicados a llegar a más niñas, transformar más vidas y abogar por un mundo en el que todos los niños tengan la oportunidad de aprender y crecer”.
Finalmente, recordó la inspiración del proyecto en Santa Josefina Bakhita, quien “superó su doloroso pasado de esclavitud para convertirse en un símbolo de libertad y dignidad”, por lo que es un gran ejemplo para las niñas y miembros de la asociación, que se esfuerzan por garantizar una buena educación a quienes más lo necesitan.
¿Quién fue Santa Josefina Bakhita?
Santa Josefina Bakhita nació en 1869 en Sudán y fue secuestrada por traficantes de esclavos a los nueve años. Vendida varias veces, sufrió torturas y humillaciones, pero encontró un buen trato al ser comprada por un comerciante italiano. Fue llevada a Italia, donde ingresó al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad y conoció el cristianismo.
Bakhita fue bautizada en 1890, tomando el nombre de Josefina Margarita Afortunada. Su fe y humildad la llevaron a unirse a las Hermanas de Canossa en 1893. Trabajó como cocinera y cuidadora, ganando reputación de santidad.
Murió en 1947 y fue canonizada por el Papa San Juan Pablo II en el año 2000, convirtiéndose en un símbolo de reconciliación y misericordia para africanos y cristianos. Su vida representa la historia de sufrimiento y redención de muchas mujeres africanas.