Las obras de urbanismo en la capital italiana como preparación al Jubileo de la Esperanza 2025 continúan revelando vestigios históricos que han permanecido ocultos bajo tierra durante siglos.
Es el caso de una lavandería de la Antigua Roma del siglo II o los restos de una propiedad del emperador Calígula, ambos descubiertos en los últimos meses muy cerca de la basílica de San Pedro del Vaticano.
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Roma se encuentra desde hace meses sumida en numerosas obras de urbanismo como parte de un complejo proyecto para poder recibir a los millones de peregrinos de todo el mundo el año que viene.
En esta ocasión, las excavaciones han desenterrado a los pies de la imponente basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, una estructura medieval defensiva de los siglos XI y XIII d.C.
Cabe recordar que durante más de mil años, el Palacio de Letrán fue sede papal y residencia oficial del Pontífice hasta el año 1305, cuando se trasladó a Aviñón.
Los restos descubiertos habrían formado parte de una muralla construida con bloques de toba (piedra caliza), para defender la residencia del Pontífice, y ésta habría sido remodelada en varias ocasiones.
Según recuerda el diario italiano Avvenire, esta muralla protegía la basílica y los palacios en una época marcada por las luchas entre familias aristocráticas que pretendían acceder al trono de Pedro y también por las invasiones de los sarracenos.
Con el regreso de los papas a Roma, ya no fue necesario defender el lugar y pronto la muralla fue demolida y enterrada. Hasta ahora.
Las investigaciones arqueológicas en San Juan de Letrán se realizan bajo la dirección científica de la Superintendencia Especial de Roma, dirigida por Daniela Porro.