Los investigadores han desenterrado un altar de la era de las Cruzadas en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, en un descubrimiento fortuito que parece sacado directamente de la trama de Indiana Jones.
El hallazgo, anunciado por la Academia Austriaca de Ciencias (ÖAW, por sus siglas en alemán), ofrece una ventana revestida de mármol al arte cristiano medieval y la proyección del poder papal.
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El altar, consagrado en 1149, tiene unos impresionantes 3,5 metros de ancho, según la academia, lo que lo convierte en el altar medieval más grande conocido hasta la fecha.
Durante siglos, el altar permaneció como un centinela silencioso para innumerables peregrinos antes de desaparecer de la memoria colectiva en 1808, cuando un incendio asoló la sección románica de la iglesia.
Ilya Berkovich, historiador del Instituto de Estudios de los Habsburgo y los Balcanes de la ÖAW, y Amit Re'em, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, se toparon con este leviatán litúrgico durante las obras de renovación.
La iglesia ha sido durante mucho tiempo un objeto de interés para investigadores y arqueólogos.
El altar recién descubierto había estado escondido a plena vista, oculto detrás de una losa de piedra cubierta de grafitis, que pesaba varias toneladas.
"Que algo tan significativo pudiera permanecer sin ser reconocido durante tanto tiempo en un lugar así fue una completa sorpresa para todos los involucrados", dijo Berkovich.
Las intrincadas decoraciones cosmatescas del altar, una técnica dominada exclusivamente por los artesanos de la Roma papal, insinúan una conexión hasta ahora desconocida entre la Ciudad Eterna y el Reino cristiano de Jerusalén. Usando fragmentos de mármol a menudo extraídos de los antiguos edificios romanos, estos artesanos crearon deslumbrantes patrones geométricos y adornos, dijo.
"El Papa honró a la iglesia más sagrada de la cristiandad", señaló Berkovich, sugiriendo que el envío del Pontífice de un maestro cosmatesco a Jerusalén fue un movimiento calculado para resaltar las reclamaciones cristianas sobre la Ciudad Santa.
La Basílica del Santo Sepulcro tiene un significado primordial para los católicos como el lugar de la crucifixión, sepultura y resurrección de Cristo. Su importancia como destino de peregrinación ha perdurado durante casi dos milenios, atrayendo a fieles de todo el mundo a sus sagrados terrenos.
La instalación del altar en 1149 coincidió con un período de relativa estabilidad en la Jerusalén controlada por los cruzados, dijeron los investigadores. Cincuenta años después de que la Primera Cruzada capturara la ciudad, el Reino de Jerusalén buscó consolidar su presencia a través de grandes proyectos de construcción y ceremonias religiosas. La rededicación de la Basílica del Santo Sepulcro, con este altar recién descubierto como pieza central, marcó un punto culminante en la permanencia de los cruzados en Tierra Santa.
Este redescubrimiento enriquece la comprensión del arte cristiano medieval e ilumina el complejo tapiz de las relaciones entre Roma y Jerusalén durante la época de las Cruzadas.
Los investigadores esperan que una investigación más profunda en los archivos papales pueda revelar más detalles sobre la creación del altar y tal vez incluso identificar a los hábiles artesanos detrás de este trabajo monumental.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.