El Papa Francisco escribió un mensaje este 17 de julio por el aniversario de los 1.500 años de culto a la venerada imagen de Santa María en Pórtico (Romanae Portus Securitatis), la “protectora de la Ciudad Eterna”.
El Pontífice dirigió sus palabras al P. Antonio Piccolo, Rector General de la Orden de los Clérigos Regulares de la Madre de Dios, Orden Religiosa fundada por San Juan Leonardi que custodia esta imagen desde 1601.
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El Santo Padre aprovechó esta ocasión para mostrar su cercanía a quienes participan “en este acontecimiento tan significativo para toda la Iglesia de Roma” en torno a esta Virgen, “faro luminoso que ha conducido a sus hijos a puerto seguro”.
En su mensaje, difundido hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, destacó que el culto a esta imagen “nació después de una prodigiosa manifestación de la Madre de Dios el 17 de julio de 524 en casa de San Galla, una patricia romana, en presencia del Papa San Juan I”.
Que las iglesias sean “un pórtico abierto al mundo”
Desde entonces, recordó el Papa Francisco, “el Pórtico donde la noble Galla acogía a los pobres y peregrinos, se convirtió en santuario mariano y hospicio de la caridad”.
Afirmó que este acontecimiento es “una invitación a cuidar y promover el valor de la acogida a los pobres y a los últimos, para que los lugares que habitamos y las propias iglesias sean un pórtico abierto al mundo, en el que ofrecer consuelo y socorro a las múltiples formas de indigencia que caracterizan nuestras vidas”.
A continuación, el Santo Padre precisó que la Virgen “se reveló en un momento particularmente difícil para la Iglesia, extendiendo su manto sobre el Papa Juan I, que sufrió y murió por la paz sin renegar de su fe, convertido en rehén de complots políticos y guerras fratricidas”.
“Sean constructores de paz”
Posando su mirada en los conflictos de la actualidad, el Pontífice se preguntó: “¿Cómo no comprender entonces la urgencia de fomentar la paz, de rezar por la paz?”.
“Invoquen la paz y sean constructores de paz ante todo en sus comunidades reconciliadas y reconciliadoras”, instó.
En esta línea, exhortó a dirigir la mirada a María “como signo de consuelo y esperanza segura, rostro materno de Dios y morada en la que refugiarse; porque ella nos da continuamente a su Hijo como única fuente de concordia, esperanza de salvación, camino hacia la paz, imperativo absoluto de la búsqueda humana”.
También subrayó que “el santo farmacéutico Giovanni Leonardi fundó la Congregación de los Sacerdotes Reformados de María Santísima, precisamente para devolver a la Iglesia el lustre apostólico de sus orígenes”.
Por ello, señaló que “este compromiso con María, que acompaña amorosamente el camino de la Congregación a Ella dedicada, se renueva aún hoy y los llama a todos ustedes a un celo misionero cada vez mayor y a un progreso continuo en la vida espiritual”.
Por último, animó “a tener en el corazón la formación integral de los religiosos, en un camino de conformación progresiva al Crucificado resucitado, primicia de la humanidad redimida”.
“Y, mirando a María, discípula de Cristo y Madre de la Iglesia, que su apostolado sea un canal de gracia y un instrumento para el anuncio gozoso del Evangelio”, concluyó el Papa Francisco.