Cuando se acerca una final de campeonato de fútbol o algún partido importante, es común que los católicos que son aficionados al deporte invoquen la ayuda divina y pidan el “milagro” de la victoria para sus equipos. Sin embargo, ¿es correcto pedir a Dios por el triunfo del propio equipo?

El P. David Jasso fue gerente deportivo del Club de Fútbol Monterrey de México, conocido como “Rayados”, con el que logró ser campeón en 2009 y 2010. Luego dejó el mundo corporativo para convertirse en sacerdote. En declaraciones a ACI Prensa este 12 de julio, consideró “válido” pedirle a Dios por nuestras necesidades, pero señaló la importancia de ser “conscientes de que no siempre se cumplirá lo que deseamos o pedimos, pues Dios tiene su voluntad”.

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“Si pedimos a Dios por nuestro equipo y no gana, no por eso debemos condicionar nuestra fe o ‘achacarle’ a Dios el resultado. Jugadores y aficionados de ambos equipos le piden a Dios ganar, pero creo que a Dios le gusta vernos jugar y disfrutar, más allá del resultado”, indicó el P. Jasso. 

En vez pedir por la victoria del equipo, el sacerdote aconsejó rezar para que el encuentro deportivo “sea un espectáculo familiar y seguro, porque haya paz en la ‘cancha’ y en la tribuna, porque los jugadores no se lesionen”. 

“Me ha tocado escuchar la oración de algunos jugadores con esa [última] intención particular, porque la carrera es corta y más ante una lesión de alto riesgo”, compartió el P. Jasso.

Destacó que el fútbol, además de ser apasionante por su incertidumbre, enseña valores como el “juego limpio y justo, el respeto a los rivales y al árbitro con sus decisiones”. Además, destacó que “el juego en equipo es una de las características del fútbol que más nos ayudan en la vida, al igual que seguir las instrucciones de un entrenador, lo cual ayuda mucho a dominar el ego”.

Además, el P. Jasso reflexionó sobre la importancia de aprender de las derrotas y fracasos, y de cómo estas experiencias pueden ser oportunidades para crecer y mejorar. Recordó una frase que aprendió en su experiencia con el Club Monterrey: “el fútbol es lo más importante de lo menos importante”.

Con esto, el sacerdote invitó a “poner en su justa medida el disfrute del espectáculo del fútbol”. Por otro lado, señaló que tanto en este como en el deporte en general, “siempre se ofrece una revancha deportiva tarde o temprano con el rival, de tal manera que si no se gana hoy podría ganarse mañana”.

“Qué más quisiera uno que el equipo favorito gane siempre, pero sabemos que aprendemos más de estas experiencias de derrota o fracaso que del éxito”, dijo. 

“Ni Dios ni la Virgen o los santos tienen como misión ayudar a meter goles”

En el contexto del juego entre México y Argentina en la Copa del Mundo Qatar 2022, devotos de diferentes países recurrieron a las advocaciones marianas de la Virgen de Guadalupe y de Luján para pedir el “milagro” de la victoria. 

En este contexto, el P. José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de México, precisó que “ni Dios ni la Virgen o los santos tienen como misión ayudar a meter goles o impedir que la pelota entre en la portería”.

A través de su canal de YouTube, el sacerdote mexicano recordó cómo Dios ayudó a David a derrotar a Goliat, y destacó que no lo hizo “mágicamente”, sino “haciéndolo consciente de que no es el tamaño, la estatura lo que importa, sino la fe, las habilidades, las actitudes, las estrategias y saber aprovechar las oportunidades”.

La oración, subrayó, “nos ayuda a varias cosas, como tomar conciencia de los retos, prepararnos mejor para resolverlos, dar lo mejor de nosotros mismos, no menospreciar al enemigo, estudiar sus estrategias, fortalezas y debilidades”.

También, dijo, nos sirve para “no caer en el pesimismo o la baja estima sintiéndonos derrotados antes del combate”.

El P. Aguilar señaló que en la vida como en los juegos de fútbol “a veces nos toca ganar y a veces perder”, pero es importante recordar “que Dios siempre está con nosotros”.