La Custodia de Tierra Santa (CTS) dio a conocer que dos hermanos gemelos, P. George y P. Johnny Jallouf, fueron ordenados sacerdotes en Alepo (Siria). En la Misa se realizó un especial rito en el que la mamá de los nuevos presbíteros recibió un lienzo litúrgico que deberá guardar hasta su muerte.
Los dos nuevos sacerdotes franciscanos, oriundos de la martirizada Alepo que sufrió los ataques del Estado Islámico, recibieron el orden sacerdotal el sábado 6 de julio de manos de Mons. Hanna Jallouf, Vicario Apóstólico Latino de Alepo y tío de los ordenados.
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Tras el canto de las letanías de los santos, el obispo pronunció la oración de consagración y les impuso las manos. Los hermanos fueron revestidos con los ornamentos sacerdotales y el prelado ungió sus manos con el óleo crismal.
Luego ató las manos de cada uno con un manutergio, paño que sirve en la liturgia para secar las manos de los presbíteros.
Siguiendo una antigua costumbre, que viene siendo retomada en varias ordenaciones sacerdotales en diversas partes del mundo, cada sacerdote se acercó a su madre, quien con cariño les desató el manutergio, les limpió el óleo y besó sus manos consagradas.
La tradición indica que la madre deberá guardar el paño que le quitó a su hijo presbítero y que al momento de su muerte deberá ser enterrada con él entre sus manos.
De esta manera, cuando Dios le pregunte: “Te he dado vida. ¿Qué me has dado?”, ella podrá entregar el lienzo sagrado y contestar: “Te he dado a mi hijo como sacerdote”. Así, el Señor podría tener misericordia de su alma y permitirse entrar al paraíso.
Por otro lado, el papá de los nuevos presbíteros también estuvo presente y fue el segundo en besar las manos consagradas de sus hijos.
Finalmente, con mucha emoción, ambos gemelos impusieron las manos sobre sus padre y les dieron su primera bendición como sacerdotes.