En medio de cantos y signos de alegría, los cristianos de Alepo (Siria) celebraron el sábado 6 de julio la ordenación sacerdotal de los franciscanos Johnny y George Jallouf, quienes son hermanos gemelos.
La ordenación se llevó a cabo mediante la oración de consagración y la imposición de manos del Vicario Apostólico de los Latinos de Alepo, Mons. Hanna Jallouf, en la Iglesia de San Francisco de Asís, en Alepo, la ciudad más poblada del país. Años atrás, el prelado había sido secuestrado por el grupo terrorista Estado Islámico pero posteriormente fue liberado.
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En una entrevista exclusiva previa a la ordenación sacerdotal con ACI Mena —agencia en árabe de EWTN News—, los dos hermanos, hasta entonces diáconos, relataron las etapas más importantes por las que pasaron en su camino hacia la vocación monástica y sacerdotal.
“Sentí las primeras semillas de la vocación a la edad de 15 años. En ese momento, mi hermano y yo íbamos regularmente a la iglesia y participábamos en sus actividades, especialmente en el servicio de Misa. Un día estaba escuchando un himno con letra de Santa Teresa del Niño Jesús, y me atrajo la frase ‘en el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo, y mi deseo se verá colmado’, porque en ese momento era como cualquier adolescente lleno de emociones y sentimientos”, comentó Johnny.
Además, aseguró había entendido que Dios lo llamaba a algo, pero se dijo a sí mismo que aún era joven y primero deseaba cumplir el sueño de estudiar medicina.
“Pero después de aproximadamente un año y medio, la idea del llamado volvió cuando una vez escuché algo como el Reino de los Cielos, que se asemeja a un hombre que vendió todo lo que tenía para poder adquirir la perla. Después de contemplarlo, entendí que la perla no es más que nuestro Dios, a quien necesito seguir”, comentó.
Johnny explicó que después del inicio de la guerra en Siria, se preguntó sobre el significado de la vida y un día, mientras rezaba el Padre Nuestro, se detuvo en la frase: “Hágase tu voluntad”. “Aquí una voz interior me sacudió, diciéndome: Tú dices: ‘Hágase tu voluntad’, pero haces la tuya”.
Además, cuando en una ocasión admiró una imagen del Corazón de Jesús, y la sostuvo en sus manos, quiso mirar lo que había detrás del marco. Entonces, leyó la frase: “Dame las almas y toma el resto”. “Después comprendí el deseo de Dios de que yo fuera médico de almas y no de cuerpos. He tomado esta frase como lema de mi servicio sacerdotal”, explicó.
Por su parte, George afirmó que sintió la llamada entre los 13 y los 15 años, pero no tomó con seriedad esa idea al darse cuenta de que aún era demasiado joven para entrar en el monasterio, y por su ambición de estudiar dirección cinematográfica. Tampoco significó para él (hasta más tarde) un sueño en el que se vio vistiendo la túnica franciscana y escribiendo una oración a San Francisco de Asís cerca del altar.
“Me acompañaba una frase de los Salmos: ‘No temo mal alguno porque tú estás conmigo’, entonces le pedía a Dios fuerza para estar siempre con Él (a través de la oración y sirviendo en la Misa). Una vez Johnny me dijo que había decidido entrar al monasterio, y pasó poco tiempo antes de que le dijera que yo tenía el mismo sentimiento sobre este llamado, y sentí sin pensarlo ni planearlo previamente que había una mano empujando a tomar la decisión de entrar en la vida monástica”, contó.
Según George, escogió como lema de su servicio sacerdotal es: “Por ti me dedico”. “Contiene muchas historias y años de reflexiones y experiencias que viví en la presencia del Señor, especialmente en mi ministerio en Alepo después del terremoto. Cuando contemplamos esta frase, podemos pensar a primera vista que se trata de nosotros, pero en realidad se trata de todo el pueblo y de la iglesia. Además, a través de este lema quiero ser las manos, los pies, la boca y el corazón de Jesús”.
George explicó: “Así como experimenté las manos de Jesús que me levantaron de mi pecado y me abrazaron como evidencia de su amor por mí, así quiero ser ese instrumento que conecta a Dios y a las personas a través del sacramento del sacerdocio”.
Los dos diáconos concluyeron su conversación con ACI Mena revelando el shock de sus padres después de contarles su deseo de ingresar al monasterio, y sus sentimientos de emoción y llanto.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI Mena.