Con el envío misionero de los directores locales de las Obras Misionales Pontificias dentro del país, y de seis sacerdotes colombianos a naciones de África, Asia y el Caribe, culminó ayer en Bogotá el XIII Congreso Nacional Misionero que contó con la presencia del Cardenal Luis Antonio Tagle, del Dicasterio para la Evangelización.
Se trata del P. Kevin Lemus Hinestroza, quien de la Diócesis de Istmina será enviado a Kenia; los sacerdotes de la Diócesis de Zipaquirá, Harrison Arévalo y Donato Garza, que se trasladarán a Pinar del Río (Cuba); y los presbíteros de la Diócesis de Ipiales, Adrián Bastidas Vallejo y Andrés Lasprilla Ocampo con destino a Matanzas (Cuba) y el P. Carlos Alfaro Delgado que viajará a Camboya.
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El evento se desarrolló en la Pontificia Universidad Javeriana del 5 al 7 de julio con la asistencia presencial de unas 1.200 personas, entre sacerdotes, religiosos y laicos de todo el país, así como de decenas de obispos. Además, unas 300 personas se conectaron de manera virtual.
Durante la jornada, el Cardenal Tagle presidió la Misa de clausura y el envío misionero. Previamente, el P. José Andrés Gómez Caballero, delegado para la Pastoral Infantil de la Arquidiócesis de Bucaramanga, leyó parte de las conclusiones, las cuales serán publicadas de forma completa en los siguientes días.
Dios quiere testigos
En los diálogos entre los participantes, relató el P. Gómez, se llegó a la conclusión de que la eficacia de la misión no tiene su fuente en los programas y expectativas personales o grupales, sino que su fecundidad está “en la apertura total y humilde a la gracia de Dios, como don, unión, presencia y vida en abundancia”.
En ese sentido, señaló que entre los desafíos a los que se enfrentan los misioneros están el dejar de lado el voluntarismo egoísta, el narcisismo, la comodidad pastoral y el analizar la realidad desde un punto de vista pesimista.
Los misioneros, indicó, deben confiar en que la evangelización se logra a través de la gracia, el servicio desinteresado, “el heroísmo por afrontar nuevos desafíos” y viendo la realidad desde el “compromiso alegre por saber que el Reino florece siempre, aun en los contratiempos y las persecuciones”.
Como misioneros, expresó el P. Gómez, debemos “pasar de la cobardía a la osadía en el Espíritu. Basta ya de excusarnos para no salir por el hecho de no ser lo suficientemente instruidos, Dios no quiere profesionales, sino testigos”.
Una niña me dijo: quiero conocer a tu amigo Jesús
Antes del envío misionero, el Cardenal Luis Antonio Tagle, proprefecto de la sección para la primera evangelización y las nuevas iglesias particulares del Dicasterio para la Evangelización, presidió la Misa de clausura en el centro deportivo de la Pontificia Universidad Javeriana.
La Eucaristía fue concelebrada por el Nuncio Apostólico, Mons. Paolo Rudelli, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Mons. Francisco Javier Múnera; el Arzobispo de Bogotá, Cardenal Luis José Rueda; y el Arzobispo Emérito de Bogotá, Cardenal Rubén Salazar.
El Cardenal Tagle, hizo también un llamado a mantener la humildad, pues “el orgullo destruye la misión”, y recordó que incluso en los encuentros y acontecimientos ordinarios se puede “llevar la Buena Nueva de Jesús a la gente”.
Además, alertó que si sólo se predica la Palabra de Dios a quienes “nos quieren”, la Iglesia se convertirá en “un club de aprecio mutuo, no una comunidad profética”. “Aunque sea doloroso (…), debemos llevar el Evangelio incluso a los que se niegan a escuchar”, señaló.
El purpurado filipino aseguró que “el Espíritu Santo tiene una manera de tocar incluso los corazones obstinados”.
En ese sentido, recordó que durante una visita a un campo de refugiados, donde no había ni un sólo cristiano, para llevar alimentos, medicinas y otros objetos, un anciano se le acercó para preguntarle el porqué de su presencia.
“Me dijo: ‘No somos cristianos, somos diferentes a ustedes, pero ¿por qué se ocupan de nosotros? ¿Por qué habéis recorrido largas distancias por nosotros?’. Le respondí: ‘Nuestro maestro Jesús nos enseñó a amar y servir a todos, incluso a los que son diferentes de nosotros’. Una niña me tiró de la manga y me dijo: ‘Quiero conocer a tu amigo Jesús’”, relató.
El Cardenal Tagle alentó a los participantes del Congreso a confiar en el poder y en la gracia de Jesús, a pesar de sus debilidades y fracasos personales y comunitarios, pues “la verdad es que Dios a menudo elige a las personas pequeñas y los acontecimientos aparentemente insignificantes para revelar su plan salvador”.
Durante la Eucaristía, fueron llamados frente el altar 78 directores de las OMP de Colombia y los sacerdotes que laborarán pastoralmente en otros países y diócesis diferentes a las suyas. A todos ellos se les impuso la cruz como símbolo de su compromiso evangelizador.
El purpurado pidió al Señor que guíe los pasos de estos misioneros y los fortalezca con la fuerza de su gracia. “Que sus palabras sean un eco de las palabras de Cristo”, expresó el Cardenal Tagle.