El Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha dado luz verde a las apariciones de la Virgen María como Rosa Mística a la vidente italiana Pierina Gilli y declarado que “no contiene elementos teológicos o morales contrarios a la doctrina de la Iglesia”.
Así lo ha declarado el prefecto del Dicasterio Vaticano, el Cardenal Víctor Manuel Fernández, por medio de una carta aprobada por el Santo Padre y enviada el pasado 5 de julio a Mons. Pierantonio Tremolada, Obispo de Brescia, la ciudad del norte de Italia donde ocurrieron las apariciones.
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Basándose en las nuevas Normas para proceder en el Discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales, el Vaticano no ha encontrado “en los mensajes difundidos por Pierina Gilli elementos que contradicen directamente la enseñanza de la Iglesia católica sobre la fe y la moral”.
Además, aseguran que los hechos conexos con esta experiencia espiritual “no se encuentran tampoco aspectos morales negativos, ni otros elementos merecedores de crítica alguna”.
Destacan que “se pueden hallar diversos aspectos positivos que sobresalen en el conjunto de mensajes” y también hacen algunas aclaraciones “a fin de evitar malentendidos”.
La italiana Pierina Gill, fallecida en 1991 a los 80 años, afirmaba haber recibido mensajes de la Virgen en 1947 y 1966 en la localidad de Fontanelle, en el sur de Montichiari, en Brescia.
Según la vidente, la Virgen se presentó con los títulos “Rosa Mística” y “Madre de la Iglesia”. Además, Pierina aseguraba haber visto 3 rosas en el vestido de la Virgen; una blanca, una roja y una amarilla, en representación de la oración, penitencia y sufrimiento.
Décadas más tarde, el 13 de mayo 1966, la Virgen María habría indicado a Pierina una fuente como lugar de purificación y gracia. Estos hechos se negaron hasta el año 2019, cuando el lugar fue proclamado “Santuario Diocesano de la Rosa Mística - Madre de la Iglesia”.
Para el Vaticano, el significado atribuido a las 3 rosas fueron adecuados “y centrales para la vidente y su experiencia espiritual particular”, y afirman que no deben “pensarse necesariamente dirigidas a todos los creyentes”.
“Es mejor evitar presentarlos como el núcleo, el centro o la síntesis del Evangelio, que sólo puede ser la caridad, como nos recuerda en varios lugares el Nuevo Testamento”, se puede leer en la carta.
Asimismo, el Cardenal Fernández remarca que “la cooperación de María debe entenderse siempre en el sentido de su intercesión materna y en el contexto de su ayuda a crear disposiciones para que podamos abrirnos a la acción de la gracia santificante”, ya que “sólo Jesucristo es nuestro único Redentor”.
De hecho, Doctrina de la Fe resalta que “mientras exalta esta belleza de María con todo su afecto y admiración, Pierina reconoce claramente que todo lo que María hace en nosotros nos orienta siempre hacia Jesucristo”.