Sheila Morataya, escritora y psicoterapeuta católica, explica la diferencia entre términos como “amor propio” y el recto amor a uno mismo, conceptos que con frecuencia parecen confundirse, y asegura que "Dios es la verdadera fuente de autoestima".
En una entrevista difundida por Holydemia, Morataya resalta que los seres humanos “necesitamos ser amados para poder amarnos a nosotros mismos. Sentirnos mirados con amor, nos hace conscientes de nuestra dignidad”.
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Además, precisó, “existe una relación entre la actitud hacia nosotros mismos y la calidad de nuestro amor a los demás. Para vivir en paz con los que nos rodean es preciso que primero vivamos en paz con nosotros mismos”.
“Nada nos separa más de las otras personas como este estar insatisfecho con uno mismo. Se sabe por experiencia que los mayores críticos son aquellos que han desarrollado una actitud hostil hacia sí mismos”.
“No es fácil soportar a los demás en momentos en que uno no se soporta a sí mismo. Nada nos ayuda tanto a valorarnos como experimentar un amor incondicional, que viene de los brazos y la mirada de papá y mamá”, resaltó.
La autoestima y el sentido de la dignidad
Sheila Morataya indicó que la autoestima “es un término psicológico, por lo que se experimenta como sentimiento: siento que valgo, siento que me amo, siento que soy importante”. Por otro lado, precisó que “el sentido de dignidad pertenece a la esfera espiritual. Hay alguien mucho más grande que yo, que me amó y me creó. La persona no tiene que lograr nada, ni convertirse en alguien exitoso. Está en paz y tranquila tal y como es porque se sabe amado por Dios. Esto es lo que nos dignifica”.
“En este sentido Dios es la verdadera fuente de autoestima. Esto nos lleva a crear y saber utilizar el término humilde autoestima porque la humildad necesita un complemento de dignidad”, subrayó.
El recto amor a uno mismo vs. el “amor propio”
La experta precisó que “el amor recto por uno mismo está enraizado en la profunda convicción de ser un hijo amado de Dios. Este soy yo y no otra persona. Poseo estas cualidades físicas, intelectuales y espirituales. Es maravilloso ser yo. Me amo tal y cómo soy”.
Por otro lado, advirtió, “el amor propio engendra susceptibilidad. Se resiente por lo que piensa que le han hecho. Es egoísta y orgulloso”.
Estos temas, destacó, forman parte del curso en línea que dicta actualmente a través de Holydemia, titulado Ámate tal como eres.