La Iglesia Católica en Paraguay hizo un llamado a todos los fieles del país a unirse en oración “por la pronta beatificación”, del P. Julio César Duarte Ortellado, Siervo de Dios que se encuentra camino a los altares.
En un comunicado difundido el 4 de julio, el Cardenal Adalberto Martínez Flores, Arzobispo Metropolitano de Asunción y Presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, recordó que ese día se cumplían “81 años del nacimiento al Cielo, del Siervo de Dios padre Julio César Duarte Ortellado”.
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El Cardenal Martínez Flores, el primer purpurado en la historia de Paraguay, recordó el reciente anuncio del Vaticano de que 14 beatos católicos serán canonizados. “Santidad que tiene que ver con hombres y mujeres de fe que han sabido expresar en su vida el amor a Dios y el amor al prójimo”, destacó el Arzobispo de Asunción.
Estas personas, destacó, son “como el Siervo de Dios P. Julio César Duarte Ortellado, con sus virtudes y sus debilidades, pero que vivieron heroicamente según el espíritu de las bienaventuranzas”.
El purpurado paraguayo recordó las palabras que dirigió el Siervo de Dios a su madre: “De nada me servirá ser sabio y predicar bien y ser aplaudido por la gente, si no soy santo. El sacerdote, madre mía, es y debe ser otro Cristo”.
Para el arzobispo paraguayo, “la vida, las obras del P. Julio César nos muestran el camino del discípulo que da testimonio de su fe con obras, una fe operante, traducida en caridad, solidaridad, fraternidad, para la promoción de los más necesitados”.
“Hijo de nuestras tierras, el P. Julio César fue un hombre virtuoso, tanto en su dimensión humana como en su ministerio sacerdotal y su fecundo pastoreo al pueblo de Dios”.
El cardenal animó a los católicos a pedir “por la pronta beatificación del Padre Julio, con la oración hecha por + Mons. Celso Yegros Estigarribia”, Obispo de Carapeguá (Paraguay) entre 1983 y 2010:
Dios Padre, Todopoderoso, te pedimos con mucha confianza crecer en la Fe, ser constantes en la Esperanza y perseverantes en el Amor. Tú concediste a tu siervo sacerdote Julio, constancia y fortaleza en el servicio sacerdotal a toda la iglesia.
Concédenos la gracia de ver reconocidos sus méritos, como modelo de vida cristiana y el honor de los altares. Otórganos imitar su ejemplo y amar siempre tu Voluntad.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
¿Quién fue el P. Julio César Duarte Ortellado?
El P. Julio César Duarte Ortellado nació en Caazapá (Paraguay), el 12 de abril de 1906. Según recuerda el sitio web del Episcopado paraguayo, su padre fue “un ganadero-comerciante” y su madre “se destacaba por su particular caridad”.
El P. Duarte Ortellado ingresó al Seminario Conciliar de Asunción en febrero de 1921, a los 15 años, para luego seguir su formación sacerdotal en el Pontificio Colegio Pío Latinoamericano, en Roma (Italia).
El Papa San Pío X lo ordenó sacerdote el 27 de octubre de 1927, día de Cristo Rey. Tres años y medio más tarde, en mayo de 1931, volvió a Paraguay.
En su país natal impulsó la construcción del Hospital de Ybycuí, en el centro sur de Paraguay, y tiempo después gestionó la construcción del "Hogar San José", para dar albergue a niños huérfanos o abandonados.
La investigación sobre su vida, según recoge el sitio web de la Diócesis de Ciudad del Este (Paraguay), reveló que el Siervo de Dios predijo su muerte con tres años de anticipación.
Hablando con una anciana enferma, esta le expresó al sacerdote: “¡Padre yo voy a morir! ¡Tengo miedo, mucho miedo a la muerte! ¡Yo no quiero morir aún! ¡Ayúdame, Padre, ruegue a Dios para que me devuelva la salud!”. En respuesta, el P. Duarte Ortellado le dijo: “Señora, no hay por qué tener miedo a la muerte. La muerte es un bien que nos envía Dios, porque es una liberación para el alma verdaderamente cristiana. Yo también moriré dentro de tres años”.
Efectivamente después de ese tiempo, el 4 de julio de 1943, cuando tenía 37 años, el P. Julio César Duarte Ortellado falleció, aparentemente de tifus, una enfermedad bacteriana que se transmite a través de piojos o pulgas, y que habría contraído al visitar a un soldado que llegó a Asunción.