Los días 4 y 5 de julio, el Arzobispo venezolano Mons. Edgar Peña Parra, testifica en nombre del Vaticano en un juicio civil en Londres relacionado con el edificio cuya compra irregular derivó en la condena del Cardenal Angelo Becciu.

Se trata de la compraventa de un inmueble en la calle londinense Sloane Avenue, por el que han sido condenados, en primera instancia, 10 acusados por delitos de soborno y malversación, entre otros. 

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Tras 86 audiencias judiciales iniciadas en julio de 2021, el pasado diciembre el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano condenó al Cardenal Angelo Becciu en primera instancia a 5 años y 6 meses de prisión.

7 meses después del cierre del llamado “juicio del siglo”, el caso vuelve a estar en manos del Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido, después de que el financiero Raffaele Mincione, uno de los 10 acusados, presentara una demanda civil en 2020 para demostrar “su buena fe” en las operaciones.

Interrogado sobre las facturas “falsas” para el control total del inmueble 

Según informó Vatican News, Mons. Peña Parra, Sustituto de la Secretaría de Estado, fue especialmente interrogado por su relación con el corredor Gianluigi Torzi y no tanto por las transacciones realizadas con el demandante Mincione.

El Arzobispo tuvo que explicar por qué el Vaticano entregó, en nombre de las empresas Sunset Enterprise y Lighthouse, facturas de 5 y 10 millones de libras a Torzi (también condenado en primera instancia), para ceder a la Santa Sede el control total del edificio londinense. 

“Hasta el final fueron mentiras y engaños. Estábamos atrapados...; por este motivo nos vimos obligados a aceptar las solicitudes de Torzi y terminar cualquier tipo de relación con él”, declaró el Arzobispo, quien aseguró haberse sentido “totalmente engañado” y “ridiculizado”.

Sobre el documento informativo entregado al Papa Francisco

También fue interrogado por un documento de 300 páginas elaborado después de que el Santo Padre le pidiera información sobre la situación en la que se encontraba la Secretaría de Estado tras su llegada en 2018. 

En aquella “nota”, el prelado venezolano informó sobre “un negocio complejo y multifacético” que había implicado “un alto nivel de conocimientos técnicos financieros, corporativos e inmobiliarios”.

El abogado del demandante, Charles Samek, preguntó en reiteradas ocasiones a Mons. Peña Parra la razón por la que en aquel documento no se citara la “factura falsa que Torzi había enviado a Credit Suisse”, las citadas transferencias de 5 y 10 millones enviadas a Torzi desde la Santa Sede para el control total del inmueble. 

El Sustituto de la Secretaría de Estado aseguró repetidamente que él no mintió y afirmó que “la factura era falsa, pero insistí, en el tema de la transacción, en poner ‘saldo final, íntegro y definitivo’ de todas nuestras obligaciones contractuales. Eso estaba en mi mente”.

“¿Cómo se debe comportar uno con este tipo de personas? Hasta el final fueron mentiras y engaños. Estábamos atrapados debido a la situación”, aseveró el Arzobispo durante el juicio en Londres el jueves 4 de julio durante un interrogatorio de más de dos horas que continuará este viernes 5 de julio.