Tres obispos de China elogiaron al papá de tres sacerdotes, fallecido recientemente, que desafió la política del hijo único, una medida que el gobierno comunista impuso entre 1982 y 2015 para controlar la población del país con más habitantes del mundo hasta 2023.
Según informa la agencia vaticana Fides, Mons. Peter Ding Lingbin, Obispo de Changzhi, en la provincia china de Shanxi, se dirigió a los fieles y sacerdotes en la Misa de exequias del padre de los sacerdotes el pasado 5 de junio, en el mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.
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“Siempre he recomendado a todos los fieles mantener una actitud discreta y ser humildes”, señaló el prelado en sus palabras durante la Eucaristía.
“Pero hoy, con orgullo, quisiera alabar bien alto, delante de todos, a este padre católico que ha dedicado con fe no sólo su propia vida al Señor, sino también a sus hijos, los tres sacerdotes”, subrayó el obispo.
Uno de esos tres hijos es el P. Antonio Gao Ruihu, quien sirve en la Diócesis de Changzhi, el segundo es el P. Gao Huqing, de la Diócesis de Baoding; mientras que el tercero es el P. Francis Gao Ruiqing, de la Diócesis de Hankou/Wuhan.
Una encuesta sobre familias con varias vocaciones
Fides informa asimismo que el sitio web católico Faith realizó una encuesta según la cual, hasta enero de 2010, sólo había 320 familias con más de una vocación a la vida consagrada, en 69 diócesis del país asiático.
Una de ellas tiene 2 sacerdotes y 3 religiosas, cuatro tienen otras cuatro vocaciones y dos más han aceptado la vocación de sus tres hijos.
La encuesta reveló que, pese a la crisis de vocaciones y de formación profesional, suscitada por la política del hijo único, la secularización y las irregularidades de la vida comunitaria, “muchas familias católicas entregan generosamente sus hijos a la Iglesia. A menudo incluso a su único hijo”.
La política del hijo único en China
El gobierno comunista de China impuso la política del hijo único entre 1982 y 2015, como una forma de control poblacional. Para asegurarse de que cada mujer o pareja cumpliera con esta medida, sometió a millones de mujeres al aborto y a la esterilización forzada.
En 2014, un año antes del fin de la política del hijo único, Steven Mosher, presidente del Population Research Institute (PRI), escribió un artículo titulado Esto es por los niños perdidos de China, en el que lamentó que, hasta ese momento, 400 millones de niños han muerto por abortos forzados como parte del programa comunista.
Mosher, uno de los primeros en denunciar los abusos de este programa a nivel mundial, pidió rezar por los niños abortados y “por sus madres, muchas de las cuales fueron llevadas a los centros de salud del Estado a la fuerza o con amenazas, para hacerse los abortos que nunca quisieron y que ahora lamentan profundamente".