En septiembre, el Papa Francisco visitará Timor Oriental, que es el país asiático con mayor proporción de población católica. En declaraciones para la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés), una religiosa expresó que la presencia del Pontífice será “una fuente de muchas bendiciones y también de esperanza para la nación”.
La Hna. Cristina Macrino pertenece a las Hermanas de la Reparación de Nuestra Señora de Fátima y trabaja en la ciudad de Bobonaro. Allí, los timorenses esperan con ansias al Santo Padre. Los preparativos están en marcha: “La gente está ansiosa por vivir este acontecimiento con la mayor intensidad y alegría posible”, comentó la religiosa.
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Timor Oriental consiguió su independencia de Indonesia en 2002, convirtiéndose así en el primer Estado soberano nacido en pleno siglo XXI. Antes de la ocupación indonesia, fue colonia de Portugal por muchos siglos.
A pesar de que en términos absolutos Filipinas tiene mayor población católica (100 millones de bautizados), cerca del 99% de la población en Timor Oriental (tiene 1,3 millones de habitantes en total) profesa la fe católica, lo que lo convierte en el país con mayor proporción de católicos en Asia.
Esta será la segunda visita de un Papa al país: San Juan Pablo II lo hizo en 1989.
La Hna Macrino, portuguesa de nacimiento, llegó al país asiático en 2012. En una entrevista con Global Sisters Report, realizada en enero de este año, reconoció que no fue fácil adaptarse a una nueva cultura y que, producto de las grandes carencias de Timor Oriental, “todo allí es un desafío”.
“El país tiene que importar casi todo lo que consume, no hay muchos puestos de trabajo, falta formación profesional; tenemos una mala alimentación, un sistema sanitario con recursos y acceso muy débiles”, comentó.
Al ser enfermera, el tema de la salud le preocupa especialmente. Sin embargo, uno de los aspectos más importantes de la misión de la Hna. Macrino en el país tiene que ver con la educación de los niños. A ellos les ayuda a aprender portugués y a acompañarlos en sus dificultades familiares, que no son pocas.
A través de un centro de atención, ella y su congregación consiguen ayudar a más de 300 niños. Además, también apoyan a los más pobres de su entorno. Hoy, 83 familias reciben alimentos básicos y artículos de higiene y limpieza gracias a las religiosas.
“En julio de 2020 inauguramos la Clínica Médica Madre Cecília dos Santos. Antes ya trabajábamos en el ámbito sanitario, pero en locales provisionales. Ahora tenemos un protocolo de cooperación con el Ministerio de Sanidad timorense”, precisó la Hna. Macrino.
Gracias al testimonio de las Hermanas de la Reparación de Nuestra Señora de Fátima, algunas jóvenes timorenses han decidido seguir la vida religiosa. “En Portugal tenemos siete [vocaciones], entre novicias y postulantes”, señaló.
“Queremos seguir promoviendo nuestra espiritualidad y carisma de reparación y de devoción mariana, sobre todo para dar continuidad a nuestra congregación no solo en Timor, sino también en otros países”, añadió la Hna. Macrino.
Por último, expresó lo que desea en el futuro para la joven nación, remarcando la necesidad de una mayor dignidad en la vida de los timorenses, que tengan mejor acceso a la salud y más y mejores oportunidades para desarrollar sus proyectos profesionales.
“También espero que el pueblo de Timor Oriental nunca renuncie a su fe y que siempre se ayude mutuamente. La fe que tenemos y profesamos es una gran fuerza de solidaridad, unidad y respeto”, concluyó la religiosa.