Una iglesia católica en la localidad de Tala, estado de Jalisco (México), colapsó el sábado 29 de junio, en el momento exacto en el que un sacerdote se aprestaba a ingresar al templo. No hubo fallecidos ni heridos en el lugar.

La parroquia San José Obrero había sido afectada por un sismo en 2022, y Protección Civil había acordonado el templo para evitar el ingreso de personas, ante la aparición de grietas y los daños estructurales en el lugar.

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“Ayer por la tarde colapsó la parroquia de San José Obrero, en Tala, donde horas antes sus habitantes habían reportado a protección civil municipal la aparición de grietas”, escribió este domingo 30 de junio en Facebook Enrique Alfaro Ramírez, gobernador del estado de Jalisco.

“Gracias a la pronta reacción, se evacuó el edificio, se resguardó el perímetro y no hubo pérdidas humanas”, precisó Alfaro.

El gobernador explicó además que, antes del derrumbe se logró retirar bancas y diversos objetos de la iglesia. “Tampoco hubo daños en las fincas aledañas. En estos momentos se sigue trabajando en las labores de remoción de escombros”, agregó.

Alfaro expresó luego su más “sincera solidaridad por la pérdida de uno de sus edificios más queridos” y agradeció a los trabajadores de Protección Civil “por su rápida y efectiva respuesta que permitió salvar vidas ante esta tragedia”.

Habla el párroco de San José Obrero

El P. Francisco Javier Montes Castillo, párroco de San José Obrero, informó que ayer mismo, desde las 9:00 a.m. (hora local) comenzaron las labores de demolición del templo, en coordinación con las autoridades locales.

“El daño material del templo fue total y gracias a Dios no hubo víctimas que lamentar, debido a las acciones preventivas que se hicieron con oportunidad, como el acordonamiento y la clausura del lugar antes del desprendimiento del techo de nuestro templo”, indicó el sacerdote.

Tras agradecer las muestras de solidaridad, el párroco informó que “se ha dado aviso a nuestras autoridades en la Arquidiócesis de Guadalajara, a través de la Vicaría Episcopal del Señor Grande de Ameca, quienes también están al pendiente de lo sucedido y de estos trabajos de demolición del templo”.