La Archidiócesis de Burgos (España) respondió a un nuevo comunicado de las 10 ex monjas culpables del delito de cisma, excomulgadas y expulsadas de la vida consagrada el 22 de junio, y les recordó que no son las “legítimas poseedoras” del monasterio de Belorado que aún ocupan.

La archidiócesis publicó este miércoles 26 de junio una nota de prensa en respuesta a un comunicado de las 10 ex monjas excomulgadas, quienes también hoy han vuelto a expresar su voluntad de separarse de la Iglesia Católica, refiriéndose a ella como “Iglesia Conciliar”.

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En su comunicado, las ex religiosas señalan que se separan de la Iglesia “preservando y secularizando la actividad vitalicia a la que estamos consagradas y que llevamos a cabo en el monasterio, presentado instancia para otorgar naturaleza civil a nuestra labor”.

El diario español ABC informó que, para este fin, las ex monjas han creado dos asociaciones civiles: una para Belorado y otra para la figura jurídica de Derio, donde querían trasladar las propiedades para intentar hacerlas privadas. Las asociaciones tienen ambas como presidente a la ex abadesa Laura García de Viedma Serrano.

Al respecto, la Archidiócesis de Burgos precisa que “el Monasterio ya tiene naturaleza civil, al tener personalidad jurídica canónica en virtud de los Acuerdos Jurídicos de 1979 entre la Santa Sede y el Estado Español”.

El comunicado de las 10 ex clarisas cismáticas señala además que “el Monasterio de Belorado (Burgos) consta inmatriculado en el Registro de la Propiedad en virtud de un documento privado de 1969 que confiere el 100% de su pleno dominio a la Comunidad de Religiosas Clarisas de Belorado”.

La nota de la Archidiócesis precisa que, efectivamente, “el Monasterio de Belorado es propiedad de la Comunidad de Religiosas Clarisas de Belorado, siendo por tanto un bien de titularidad eclesiástica”.

Sin embargo, precisa el texto eclesial, el monasterio no es propiedad de las 10 ex monjas cismáticas, ya que “desde el momento en que estas personas han incurrido en excomunión, ya no forman parte de dicha comunidad y, en consecuencia, dejan de ser legítimas poseedoras del inmueble, sin título legal alguno para habitar ni permanecer en él”.

“Sí lo poseen las ocho religiosas que siguen perteneciendo a la comunidad de Clarisas. El título legítimo corresponde a la persona jurídica (Comunidad de Religiosas Clarisas de Belorado) y no a las personas físicas”, agrega la nota de Burgos.

Por lo tanto, precisa la nota de la archidiócesis española, “no se ajusta a la verdad la afirmación de que se les ‘pretende echar hasta las puertas de la calle’, como si fuera una decisión arbitraria”.

La nota indica además que la archidiócesis no tiene la intención de “causar ningún perjuicio” y que “las exreligiosas son merecedoras de nuestro respeto y consideración. Pero, en realidad, son ellas quienes se han apartado de la Iglesia católica por una decisión ‘libre y personal’, hecho que conlleva aparejada la exclusión de la vida consagrada”.

La archidiócesis recuerda que el Arzobispo de Burgos y Comisario Pontificio, Mons. Mario Iceta, ha intervenido en las cuentas corrientes del monasterio, por tener este mandato, y que las exreligiosas no han presentado aún la documentación solicitada, pese a lo cual el arzobispado pagarás las cuentas del Monasterio, por ahora un monto de 20.000 euros, que no puede ser cubierto con lo que hay en este momento en las cuentas.

La nota de la Archidiócesis de Burgos resalta que se tomarán las acciones legales necesarias ante esta situación, y que no hay lugar para “dar una resolución extrajudicial al conflicto”, ya que “no puede entenderse como un conflicto la actuación del Comisario Pontificio y representante legal nombrado por la Santa Sede”.

La archidiócesis reitera su preocupación por las hermanas ancianas que siguen siendo monjas clarisas y que no han podido ser atendidas debidamente; y reitera finalmente su disposición a acoger “nuevamente en su seno, con entrañas de amor y misericordia, a quien quiera emprender el camino de regreso a casa, a ejemplo de la parábola del hijo pródigo”.

¿Qué pasó con las ex monjas clarisas de Belorado?

El 13 de mayo de 2024, la comunidad de hermanas clarisas de los Monasterios de Belorado y Orduña, respectivamente en la Archidiócesis de Burgos y la Diócesis de Vitoria (España), publicaron un manifiesto y una carta en los que anunciaban que abandonaban la Iglesia Católica para ponerse bajo la autoridad del falso obispo excomulgado Pablo de Rojas.

A fines de mayo, el Vaticano nombró al Arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta, Comisario Pontificio. Cuando este comenzó a tomar medidas, las monjas decidieron llevar el tema a la justicia civil, donde se encuentra ahora.

A inicios de junio, el Arzobispado de Burgos comunicó de manera formal a las monjas que debían comparecer ante el Tribunal Eclesiástico de Burgos para responder por el delito de cisma, tipificado en el canon 751 del Código de Derecho Canónico y castigado con la pena de excomunión. 

El plazo venció el viernes 21 de junio de 2024 y ese día las religiosas reiteraron su voluntad de separarse de la Iglesia Católica.

El Código de Derecho Canónico precisa que el cisma es el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos”. La pena de este delito es la excomunión.

El 22 de junio, la Archidiócesis de Burgos decretó la pena de excomunión y de expulsión para las ahora 10 ex monjas clarisas cismáticas. El lunes 24 las instó a dejar el monasterio de Belorado.

¿Qué es la excomunión?

De manera breve se puede definir a la excomunión como la pena más grave para un bautizado, que consiste en apartarlo de la comunión de los fieles de la Iglesia Católica y del acceso a los sacramentos.

La excomunión es reversible y la persona excomulgada, después de arrepentirse de lo hecho, puede volver al seno de la Iglesia Católica.