La Arquidiócesis Primada de México lanzará próximamente la iniciativa “Buzones de paz”, con el objetivo de colaborar en la localización de personas desaparecidas mediante la participación anónima de la ciudadanía.

De acuerdo al semanario Desde la fe, de la Arquidiócesis de México, esta propuesta surgió tras un encuentro de Mons. Francisco Javier Acero Pérez, Obispo Auxiliar de México con grupos de madres buscadoras. El proyecto será implementado en las 420 parroquias y rectorías dentro del territorio arquidiocesano.

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Este proyecto cobra relevancia en un contexto alarmante: según datos de la Secretaría de Gobernación, desde 1952 hasta 24 de junio del 2024, se reportan 115.299 personas desaparecidas y no localizadas, destacándose 50.115 casos durante el actual sexenio presidencial.

Las “madres buscadoras” son familiares de personas desaparecidas y víctimas de la violencia que se organizan debido a la falta de respuesta y acción efectiva por parte de las autoridades. Recorren áreas peligrosas como basureros, fosas clandestinas e incluso sitios de prostitución, en busca de pistas que puedan llevar al paradero de sus seres queridos.

Para ayudar a estas familias, se establecerán estos espacios donde se compartirá información relacionada sobre los lugares donde se cree que pueden encontrarse personas secuestradas, así como áreas que son utilizadas para hacer fosas clandestinas para enterrar cuerpos.

Los buzones serán cajas completamente selladas con una ranura a través de la cual las personas podrán depositar su testimonio.

Además de ser un recurso para información crucial, según indicó el medio arquidiocesano, los buzones de paz también servirán como una oportunidad para compartir esperanza y ánimo a quien atraviesa esa situación. 

El nombre de “buzones de paz” se debe a que no se emplea ningún tipo de violencia para sacar u obtener información relacionada con un hecho delictivo. 

Además, se destaca que aquel que logra proporcionar el paradero de una persona desaparecida, ya sea con vida o fallecida, puede experimentar un alivio significativo. Esto no sólo brindará paz a la familia que encuentra a un ser querido, sino también a quienes han cometido o presenciado algún delito. 

Antes de su instalación, se procurará llevar a cabo una campaña de sensibilización dirigida a los fieles y la comunidad para explicar que estas acciones son responsabilidad de toda la sociedad, y especialmente de los cristianos, ya sea para ofrecer apoyo espiritual o para ayudar a localizar a personas privadas de su libertad.