Este 21 de junio tuvo lugar la culminación de la fase diocesana del proceso de beatificación de Chiara Corbella, madre coraje que dio la vida para no abortar. 

En el acto participaron los familiares de esta joven italiana, cada vez más cerca de los altares. Entre ellos, se encontraban su padre y su esposo. 

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:


La acto fue presidido por el Obispo Mons. Baldo Reina, vicegerente de la Diócesis de Roma, en la Basílica de San Juan de Letrán a las 12.00 (hora de Roma).

Además estuvieron presentes los miembros del tribunal diocesano que llevó a cabo la investigación, incluyendo al delegado episcopal, Mons. Giuseppe D'Alonzo, entre otros.

Tras esta fase, en la que se han recogido los testimonios de aquellos que la conocieron, seguirá la llamada “fase romana”, en la que el Dicasterio para las Causas de los Santos revisa toda la información y los documentos recopilados en la etapa anterior.

Durante este tiempo se llevará a cabo un análisis minucioso para evaluar si existen pruebas suficientes de que Chiara vivió una vida de virtud heroica o si se han producido milagros atribuidos a su intercesión.

Si el Dicasterio considera que hay pruebas suficientes, el Papa puede otorgar el título de “Venerable”, reconociendo así que vivió las virtudes cristianas en grado heroico. 

Después de esto, se continúa con la investigación de los posibles milagros. Si se verifica un milagro atribuido a la intercesión Corbella, se procede a la beatificación, y con un segundo podrá ser proclamada santa. 

¿Quién es Chiara Corbella?

La historia de Chiara Corbella, nacida en 1984, es un testimonio conmovedor de amor, fe y sacrificio. Conoció a su esposo Enrico durante una peregrinación a Medjugorje, en 2002, y desde entonces comenzó un romance que floreció durante seis años hasta su matrimonio en Asís, la tierra de San Francisco, el 21 de septiembre de 2008.

La pareja enfrentó la pérdida devastadora de sus dos primeros hijos, quienes murieron poco después de nacer, debido a malformaciones. A pesar del dolor, Chiara y Enrico mantuvieron su fe inquebrantable y se aferraron el uno al otro.

En marzo de 2011, mientras esperaba su tercer hijo, Chiara recibió la noticia de que tenía cáncer de lengua. A pesar de las recomendaciones médicas de comenzar el tratamiento de inmediato, Chiara tomó la valiente decisión de postergarlo para proteger la vida de su bebé por nacer.

El 30 de mayo de 2011, nació su hijo Francesco Petrillo, y Chiara finalmente accedió a comenzar su tratamiento contra el cáncer. Sin embargo, para entonces, la enfermedad se había extendido a varios órganos, incluidos los pulmones, los ganglios linfáticos y el hígado, e incluso afectó su ojo derecho, que cubrió con un parche durante algún tiempo.

A pesar de su lucha contra la enfermedad, Chiara mantuvo una actitud positiva y su fe inquebrantable nunca vaciló. En mayo de 2012, tuvo la oportunidad de encontrarse con el Papa Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro, acompañada por su esposo y su hijo.

Los últimos momentos de Chiara los pasó en paz, rodeada del amor de su familia cerca del mar. Falleció el 13 de junio de 2012, a la edad de 28 años. 

Su funeral se llevó a cabo en la iglesia de Santa Francesca Romana en Roma, donde amigos, familiares y personas de toda Italia se unieron para rendir homenaje a esta mujer extraordinaria que dejó un legado de amor y sacrificio.