El Papa Francisco afirmó que la ciencia y la fe son dos caminos diferentes pero paralelos que comparten una misma matriz, “la Verdad absoluta de Dios”. 

El Santo Padre recibió esta mañana en audiencia en el Vaticano a los participantes de la II Conferencia en memoria del sacerdote y científico George Lemaître.

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Este evento, organizado por el observatorio del Vaticano bajo el título “Agujeros negros, ondas gravitacionales y singularidades espacio-temporales” tiene lugar en Castel Gandolfo del 16 al 21 de junio.

Durante estos días, los científicos debaten las últimas cuestiones planteadas por la investigación científica en cosmología. Según el Papa Francisco, “la Iglesia está atenta a esas investigaciones y las promueve, porque sacuden la sensibilidad y la inteligencia de los hombres y mujeres de nuestro tiempo”. 

“El comienzo del universo, su evolución última, la estructura profunda del espacio y del tiempo enfrentan al ser humano a una frenética búsqueda de sentido, en un vasto escenario donde corre el riesgo de perderse”, señaló a continuación. 

En este sentido, recordó que George Lemaître “fue un sacerdote y un científico ejemplar”, y destacó al mismo tiempo su trayectoria humana y espiritual, que representa “un modelo de vida del que todos podemos aprender”.

Más tarde, resaltó que las experiencias humanas y las posteriores elaboraciones espirituales  llevaron a Lemaître a comprender “que la ciencia y la fe siguen dos caminos diferentes y paralelos, entre los que no hay conflicto”. 

Al contrario, precisó, “estos caminos pueden armonizarse entre sí, porque tanto la ciencia como la fe, para un creyente, tienen la misma matriz en la Verdad absoluta de Dios”. 

“Su camino de fe le lleva a comprender que la creación y el big-bang son dos realidades distintas, y que el Dios en el que cree no puede ser un objeto fácilmente categorizable por la razón humana, sino que es el ‘Dios oculto’, que permanece siempre en una dimensión de misterio, no totalmente comprensible”, expresó.

También les deseó que “la libertad y la falta de condicionamientos, que estáis experimentando en esta conferencia, os ayuden a progresar en vuestros campos hacia la Verdad, que es sin duda una emanación de la Caridad de Dios”. 

Por último, señaló que “la fe y la ciencia pueden unirse en la caridad si la ciencia se pone al servicio de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, y no se distorsiona en su detrimento o incluso en su destrucción”. 

“Os animo a ir a las periferias del conocimiento humano: es ahí donde podemos experimentar a Dios Amor, que sacia y apaga la sed de nuestros corazones”, concluyó el Papa Francisco.