Una recién nacida fue encontrada el martes 18 de junio en el interior de la Catedral de la Inmaculada Concepción de la Diócesis de Juticalpa, en el departamento de Olancho (Honduras).
En entrevista con ACI Prensa, el P. Alejandro Enrique Ruiz Puerto, párroco del templo, dijo que durante la celebración eucarística de las 6:00 p.m. observó “a una mamá con un bebé en brazos y una niña como de tres años”.
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Después de la Misa, el P. Ruiz se dirigió a la casa curial. Tras aproximadamente unos veinte minutos, el sacristán le marcó urgentemente para decirle que había encontrado a una pequeña.
“Al lado de la puerta, en el piso, debajo de una banca estaba una niña, quizás de algunos ocho días de nacida, desnuda, solamente con una colchita [edredón]”, contó el sacerdote.
La noticia movilizó a los trabajadores de la iglesia y a algunos miembros de la comunidad que se unieron para “comprar pañales para la niña, leche pepe le dieron (leche en biberón), la niña estaba con hambre y la tomamos en brazos”, indicó el presbítero.
El P. Ruiz aseguró que fue un acto premeditado, ya que el sacristán, quien descubrió a la recién nacida, le contó que vio a la mujer durante toda la tarde, e incluso ella preguntó por el horario de cierre del templo.
“Entonces ella estaba esperando que la gente se fuera, desalojara la catedral para quedar sola, que nadie la pudiese ver y dejar la niña ahí”, intuyó el sacerdote.
De acuerdo al P. Ruiz, miembros de la Policía Nacional y trabajadoras de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) llegaron al lugar para hacerse cargo de la situación.
La bebé fue trasladada a un centro de atención infantil, donde se le brindó servicios médicos y se iniciaron los trámites para investigar si tiene algún familiar que pueda hacerse cargo de ella o, en caso contrario, buscarle un hogar adecuado.
El P. Ruiz indicó que, desde que se dio a conocer la noticia, numerosas familias han mostrado interés en adoptar a la niña.
“Desde anoche me han estado llamando familias, incluso desde Estados Unidos, México y El Salvador, y familias de aquí de [la comunidad católica que asiste a] la catedral, queriendo adoptar a la niña. Pero es un proceso bastante largo”, expresó.
“No podemos juzgar ni condenar a esta mamá”
Aunque reconoce que la situación causa “mucho dolor, da mucho pesar”, el sacerdote hondureño envió un importante mensaje a la comunidad: “no podemos juzgar ni condenar a esta mamá por lo que hizo, sin conocer la realidad que ella vive”.
Explicó que en Honduras existe “mucha violencia doméstica, pobreza extrema y muchas realidades de madres abandonadas, madres solas”, por lo que hizo un llamado a la comprensión de las circunstancias que podrían haberla llevado a tal decisión.
Por esta razón, el sacerdote hizo un llamado a las autoridades, para que favorezcan políticas públicas dirigidas “al cuidado, a la protección de la misma familia”, al tiempo que ayuden a evitar situaciones de “madres que no hallan qué hacer con sus hijos, madres que son explotadas”, o víctimas de “violencia de parte de algunos hombres hacia ellas”.
El P. Ruiz también envió un mensaje a la madre de la bebé: “me gustaría que esta mamá se acercara a mí incluso para verla, para escucharle qué problemas tiene, en qué le podemos ayudar”.
Finalmente, el sacerdote se comprometió a estar al pendiente de la niña, manteniéndose en contacto con las personas encargadas de su cuidado para asegurar que no le falte nada, y vigilando el proceso para encontrarle una familia que la pueda acoger.