El Obispo de San Lorenzo, Mons. Adalberto Martínez, denunció los “insaciables afanes de lucro y de poder” de ciertos empresarios paraguayos que en nombre de un supuesto “liberalismo económico” realizan verdaderos “canibalismos sociales”.
Al celebrar una Misa por el patrono de su diócesis, el Prelado explicó que “hoy, más que nunca, la vida y el martirio de San Lorenzo tienen relación con los sucesos que impactaron al Paraguay”, haciendo referencia al trágico incendio ocurrido el pasado 1 de agosto en el supermercado Ycuá Bolaños, donde murieron más de 400 personas.
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“¡Abran las puertas! es el grito doloroso que suena y resuena en nuestra memoria colectiva, a raíz de los hechos acaecidos en el holocausto paraguayo que ha enlutado la nación”, afirmó el Obispo.
Mons. Martínez expresó que “en el contexto social en el que vivimos, existe diferencia entre quienes están en la ‘cultura de la vida’ y quienes promueven la ‘cultura de la muerte’”.
“Los primeros son los que se mueven en la lucha dramática en la búsqueda afanosa de dignificar la vida humana, por la que hombres y mujeres trabajan por la solidaridad, la igualdad y la justicia con sus valores y sus exigencias profundamente humanas”, resaltó el Prelado y agregó que los segundos son “los insaciables de afanes de lucro, de poder, de desprecio, manipulación, explotación y desecho de la vida humana, de los que invierten en su propia codicia para esquilmar y esquilar a las clases empobrecidas”.
Por ello, el Prelado instó a construir una nueva cultura de la vida “que contrarreste los efectos nocivos, catastróficos y homicidas de una cultura de la muerte que continúa avivando el fuego de la corrupción, de la ilegalidad, del vaivai, de la injusticia, de las rivalidades”.
“Es una exigencia de los cristianos comprometidos en trabajar por una nueva cultura de la vida y un paso fundamental para realizar este cambio consiste en la formación de la convivencia moral sobre el valor inconmensurable e inviolable de toda la vida humana”, resaltó el Obispo.
Asimismo, el Obispo manifestó que “en el doloroso vía crucis de recuperación del duelo, en los huérfanos, en las viudas, viudos, novios, novias, niños para nacer, en los padres que han perdido sus hijos, familias enteras ante el llanto y la aflicción, pienso en ese doloroso sacrificio”.