El P. Roberto Brandinelli, Ministro Provincial de los Frailes Menores Conventuales, alentó a estudiar la Biblia, como hizo San Antonio de Padua, para darle sabor y calidad a la vida; durante la Misa solemne que presidió en Padua (Italia) este jueves 13 de junio, día de la fiesta del llamado “santo del mundo”.

Ante una gran cantidad de fieles, autoridades y sacerdotes concelebrantes, presentes en la Basílica de San Antonio en Padua, el superior franciscano explicó que “el santo era una persona culta, que había estudiado la escritura y había conocido su preciosidad, la capacidad de darle sabor y calidad a la vida y de orientarla a su sentido más profundo”.

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“El santo no se limitó a utilizar, en la predicación, la sabiduría que había adquirido estudiando la Biblia y los textos sagrados” sino que además “San Antonio buscó también transmitir a los otros su saber”.

800 años de un escrito de San Francisco de Asís para San Antonio de Padua

El P. Brandinelli también resaltó que este año se recuerda “el octavo centenario de un pequeño texto que el fraile Francisco de Asís escribió al fraile Antonio. Fue probablemente al inicio de 1224 y fray Antonio se encontraba en Bolonia, ciudad ya muy conocida por su floreciente universidad”.

“El texto sería una respuesta del poverello de Asís a San Antonio sobre la posibilidad de que este último enseñara teología a sus hermanos, y la respuesta de fray Francisco a fray Antonio fue elocuente: ‘Me parece bien que enseñes la sagrada Teología a los frailes, porque en este estudio no apartas el espíritu de oración y devoción, como está establecido en la regla’”.

La sabiduría para alcanzar la paz hoy

El sacerdote lamentó luego que, en nuestros días, la sabiduría suele conducir al “utilitarismo”, y “fácilmente vivimos inmersos en un aplanamiento general, en el que domina un sentido de indiferencia y de desencanto respecto a la posibilidad de cambiar de ruta, de incidir realmente en la realidad, proponiendo vías de cambio concretas y prácticas.

El P. Brandinelli recordó luego que la paz es “antes que nada, un don de Dios, pero es necesario que los poderosos trabajen para alcanzarla, para así también alcanzar la paz verdadera” y advirtió que “sin la cultura, sin la profundización del estudio que lleva al conocimiento, la paz se convierte en un verdadero espejismo”.

Tras pedir la intercesión de San Antonio, para “profundizar nuestro saber y podamos ponerlo a disposición de los otros, como él lo hizo”, el superior franciscano hizo votos para que el santo ayude a todos a “ser generosos al amar a Dios y a los hermanos, a través de los dones y los talentos recibidos”.

La procesión solemne

Al concluir la Misa se inició la procesión solemne con la imagen y las reliquias de San Antonio de Padua, con la participación de miles de fieles, como la confraternidad de San Antonio, los Boy Scouts y UNITALSI, el apostolado que sirve a los enfermos y los lleva a diversos santuarios dentro y fuera de Italia, asociaciones de policías, entre otros.

La imagen del santo salió de la Basílica, mientras los fieles entonaban las letanías de San Antonio, para luego recorrer las calles de Padua entre los cantos y oraciones de la multitud presente.