El Custodio Franciscano de Tierra Santa, P. Francesco Patton, ofreció una reflexión sobre el profundo significado espiritual del tradicional “pan de San Antonio”, que se bendice y se reparte en distintos lugares del mundo, como la Basílica de San Antonio en Padua (Italia) el 13 de junio, día de la fiesta del llamado “santo del mundo”.
En su homilía este 12 de junio, publicada en el sitio web de la Custodia Franciscana, el prelado resaltó que “el pan de San Antonio no es un pan que pedimos a San Antonio, sino que es un pan que damos con el corazón agradecido”.
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Esto “porque reconocemos que el Señor nos sigue concediendo gracia a lo largo de nuestra vida, por intercesión de este Santo que se dedicó intensamente a los pobres, los cuidó, los defendió y evangelizó”.
On #June12, the Solemn Vespers, presided by the Custos of the #HolyLand, fr. Francesco Patton, marked the start of the celebrations in honour of #StAnthony of Padua, the Patron Saint and Protector of the Custody.#jerusalem pic.twitter.com/quFeYI9Tln
— Custodia Terrae Sanctae (@custodiaTS) June 12, 2024
En ese sentido, continuó el fraile franciscano, “con el corazón lleno de gratitud a Dios que obra a través de sus santos, habiendo reconocido los beneficios recibidos, ponemos este pan en manos de Antonio, para que se convierta en alimento y apoyo de vida para los más pobres”.
El profundo significado del pan de San Antonio
“¿Cuál es entonces el significado más profundo de este gesto?”, se preguntó el Custodio y respondió: “reconocer que todo lo que somos y todo lo que tenemos es un regalo de Dios, y que si hemos recibido tanto debemos aprender a compartir lo que hemos recibido, como Jesucristo”.
Fray Francesco Patton recuerda además que “en el sermón del Evangelio de las Bodas de Caná, San Antonio enumera las diversas obras penitenciales que purifican nuestra conciencia ante Dios y entre ellas incluye la limosna, es decir, ese tipo de misericordia y compasión que lleva a compartir los propios bienes”.
Por ello, el Custodio Franciscano pide “que el Señor nos conceda también la gracia de reconocer los beneficios recibidos y de compartir todo lo que somos y todo lo que tenemos, de modo que –como sugiere el mismo San Francisco– no retengamos nada de lo que tenemos nosotros para nosotros mismos, para que Aquel que se ofrece enteramente a nosotros pueda acogernos a todos y totalmente”.
“Creo que esta iniciativa se ha extendido y arraigado en el corazón de los cristianos de todas las latitudes porque es un gesto sencillo y fundamental, muy similar al gesto más importante de Jesús: el de entregarse a nosotros como Pan de Vida en la Eucaristía”, resaltó el Custodio.
El pan de San Antonio
El pan de San Antonio tiene su origen en uno de los milagros del santo que tuvo como protagonista a Tomasito, un niño de 20 meses que se ahogó en un pozo de agua.
La madre desesperada invocó la ayuda del santo e hizo una promesa: si obtenía la gracia iba a darle a los pobres el mismo peso en pan que el peso del niño. Y el pequeño volvió a la vida milagrosamente.
El milagro suscitó dos obras de caridad: 1.- la Obra del Pan de los Pobres, la organización antoniana que en Padua lleva alimentos y enseres de primera necesidad y asistencia a los más necesitados; y 2.- La Cáritas Antoniana Onlus, el ente caritativo de los frailes del santo que han sostenido cientos de proyectos de desarrollo en decenas de países.