FOTOS: Casi 5.000 personas desafían el calor en la mayor procesión eucarística de la historia de Denver

El pasado domingo 9 de junio, bajo un sol abrasador, casi 5.000 personas llenaron las calles del centro de Denver, Colorado (Estados Unidos), en la que probablemente fue la mayor procesión eucarística de la historia de la ciudad.

En la parada más reciente de la Ruta Junípero Serra de la Peregrinación Eucarística Nacional, los asistentes a la procesión aumentaron la población del centro de Denver, que es de unos 16.000 habitantes, en casi un tercio para ese día.

Dirigida por el Arzobispo de Denver, Mons. Samuel Aquila, la procesión comenzó con una Misa en la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción, entre la avenida Colfax y la calle Logan, donde los asistentes se alineaban en las paredes, abarrotaban los pasillos y llenaban incluso la zona del baptisterio alrededor de la pila bautismal. Las voces resonaban en toda la catedral mientras los participantes participaban en la Misa al unísono.

"Cada vez que ustedes y yo contemplamos la Eucaristía, cada vez que ustedes y yo vemos la Eucaristía, lo que vemos es pan y vino", afirmó Mons. Aquila en su homilía. "Pero lo que nosotros creemos es [extraño para el mundo]. Es verdaderamente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo".

Mons. Aquila animó a los asistentes a considerar a través de qué lente miran el mundo, si es ideológico o a través de "los ojos de Jesús".

Mientras la procesión con la Eucaristía comenzaba, encabezada por el arzobispo, los asistentes de la parte de atrás se apretujaban a un lado y se filtraban por las puertas laterales para hacer espacio al paso de Jesús.

Cuatro Caballeros de Colón cargaron un baldaquino sobre la custodia, mientras que los numerosos sacerdotes que la encabezaban se turnaban para llevarla. Dos guardias de seguridad cubrieron la parte delantera del desfile mientras la policía bloqueaba el tráfico, permitiendo a los participantes inundar las normalmente abarrotadas calles de Denver.

A pesar de la conmoción que supuso para el flujo normal del tráfico, la mayoría de los espectadores contemplaron la procesión con respeto o, en el peor de los casos, con una tranquila confusión. 

Una participante, Regina Gravrok, una joven de 22 años que se ha mudado recientemente a Denver, dijo que notó que la gente se detenía, miraba y hacía fotos y vídeos.

"Nunca vi reacciones negativas", afirma. "Hubo algunas personas que tocaron la bocina porque llevaban un cartel que decía 'Toca la bocina por Jesús'. Pero la mayoría de la gente que vi era simplemente curiosa".

"No puedes pasar por alto a un gran grupo de gente que camina por el centro, detrás de una custodia dorada", continúa Gravrok. "Te das cuenta y te preguntas de qué se trata".

Sor Mary Rose Chinn, una hermana de las Siervas de Dios Trino, ha estado siguiendo la peregrinación eucarística desde su inicio en California, acampando en parques estatales a lo largo del camino mientras persigue la furgoneta de la peregrinación eucarística. 

"La oportunidad de una peregrinación, para mí, es como un microcosmos de la vida diaria, donde realmente tienes que escuchar y simplemente confiar en la providencia de Dios para el siguiente paso", señaló Chinn a CNA, agencia de noticias en inglés de EWTN News. 

"Puedes hacer tus planes... pero luego se los entregas al Señor y ves cómo resuelve el día; así ha sido", añadió.

Chinn explicó que lleva consigo intenciones de oración a lo largo de los muchos kilómetros de la peregrinación, desde su ciudad, Ventura (California), hasta Denver y más allá, y cada vez que conoce a alguien nuevo, se ofrece a rezar por él.   

Jack Krebs, un "peregrino perpetuo" que ha pasado su verano hasta ahora en una furgoneta con Jesús y varios otros peregrinos perpetuos, dijo que el Avivamiento Eucarístico Nacional le inspiró a acercarse a Cristo en la Eucaristía.  

"Creo que ha hecho que mi oración sea mucho más relacional", indicó a CNA. "He ido conociendo el don que es la Eucaristía mucho más profundamente", agregó.

Durante su tiempo en la peregrinación, presenció un fruto de llevar a Jesús a través de la nación cuando un fotógrafo que estaba siguiendo la peregrinación durante una semana compartió que iba a comenzar RCIA [Rito de Iniciación Cristiana para Adultos, un proceso comunitario para la iniciación formal de nuevos miembros en la Iglesia Católica] esa semana. 

"No se trata sólo de que la gente se presente a este movimiento nacional y diga: 'Sí', y luego se vaya a casa y siga con su vida", afirmó Krebs. 

Los participantes cantaron himnos en inglés, español y latín mientras la Eucaristía recorría Denver. 

"Porque éste es Dios, el mismo Dios que hizo a los hombres y a los ángeles", cantaban los participantes mientras seguían la Eucaristía por la calle.

Pero durante gran parte de la procesión, la gente estuvo simplemente callada, soportando el caluroso día, llevando consigo sus intenciones de oración o manteniendo conversaciones significativas y ofreciéndose a rezar unos por otros.

Más de la mitad del recorrido, la procesión se detuvo frente al edificio del capitolio del estado de Colorado, sobre el que colgaba una bandera del orgullo gay. El arzobispo elevó la custodia en bendición mientras los asistentes se detenían para observar y rezar.

Finalmente, la peregrinación llegó a la Iglesia del Espíritu Santo, una iglesia de mosaicos y mármol. El edificio parroquial original se inauguró en 1924. Cien años después, la parroquia, ahora un edificio de inspiración renacentista española e italiana, se mantiene firme, custodiada por rascacielos centinela mientras se enfrenta al bullicio del tráfico diario.

Los feligreses del Espíritu Santo esperaban fuera de la Iglesia la custodia que se acercaba, aguardando pacientemente la llegada de Cristo.

Tras la larga jornada, los peregrinos, cansados y quemados por el sol, recibieron la bendición del Arzobispo Aquila, y luego entraron lentamente en el fresco edificio, rezando en silencio en adoración.

"Fue realmente hermoso sentir la diferencia entre la incomodidad de caminar en la procesión y la comodidad de entrar en la iglesia, salir del sol, entrar en el frescor y descansar un rato en adoración", señaló Gravrok. "Creo que ese contraste lo hizo aún más hermoso, destacó.

Cuando se le preguntó cómo le había afectado personalmente la procesión, Gravrok comentó que le recordaba la importancia de "vivir nuestra fe descaradamente y al descubierto, [pero] no de forma agresiva". 

"La procesión no es ruidosa. No es ruidosa, no grita ni se lo echa en cara a nadie", manifestó. "Es simplemente vivir reverentemente tu vida, pero asegurándote de hacerlo de forma pública y observable para que tu vida pueda ser un testimonio silencioso de la fe".

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.