La sección española de Obras Misionales Pontificias ha presentado su memoria anual correspondiente al año 2023, en la que se refleja que la Iglesia Católica que peregrina en España, una país cada vez más secularizado, aún mantiene un impulso evangelizador vigoroso. 

Por un lado, aporta más de 6.000 misioneros en activo incluidos 33 obispos eméritos, que están presentes en los 1.123 territorios de misión repartidos por 139 países, siendo los más importantes por número Perú, Venezuela e Italia. De ellos, el 53% son mujeres y tienen una edad media de 75 años. Además de prelados, presbíteros y religiosos, participan de este esfuerzo evangelizador 643 laicos. 

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Además, casi 4.000 más se encuentran en España a la espera de destino y colaborando en la animación misionera. Todos ellos pertenecen a cerca de 400 instituciones eclesiales, desde las diócesis a institutos y congregaciones religiosas, o asociaciones de fieles. 

Por otra parte, la Iglesia en España sigue siendo la que más ayuda económica aporta tras los Estados Unidos, con un montante de casi 17 millones de euros. Además, a lo largo de 2023, OMP España ha distribuido más de 13 millones de euros destinados a cerca de 900 proyectos misioneros. 

El director nacional de OMP España, P. José María Calderón, ha explicado en la presentación de la memoria anual, que esta aportación visible no sería posible sin un trabajo de sensibilización previo: “Nuestra principal tarea es la animación misionera, hacer conscientes a todos los cristianos de que la evangelización no es sólo tarea de los misioneros, sino de todos los bautizados”. 

Así, se han realizado más de 80 conferencias y mesas redondas, 32 exposiciones misioneras, concursos navideños y festivales de canción misionera, o encuentros diocesanos en los que han participado miles de fieles.

El rostro de la misión tras los números

Serafín Suárez, misionero del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME) que lleva 30 años evangelizando en la diócesis de Hwange (Zimbabue) ha expresado su deseo de que se ponga “cara, nombre y apellido” a la frialdad de las cifras contenidas en la memoria de OMP España.

El misionero invitó a imaginar un tapiz en el que aparecen colores, paisajes y personas que todos alaban por su belleza: Darle la vuelta al tapiz. Y nos vamos a encontrar con que sólo hay cuerdas y nudos”, a lo que añadió: Las misiones son eso. Lo que aparece es el hermoso tapiz, pero sería imposible si por detrás no estuvieran los nudos y las cuerdas”. 

Así, destacó la labor de las OMP, amigos o asociaciones, “gente que, de una forma, siente y vive la misión. Que quiere hacer de la misión no sólo unas cifras y unas letras sino algo vivo”. 

“Los misioneros somos fruto de esas cuerdas y esos nudos”, añadió al inicio de su intervención. “Somos portadores y portavoces de lo que tenemos detrás de nosotros” que es mucha gente que “sin salir fuera, vive y ayuda a la misión”. 

Serafín Suárez destacó que el misionero sale “con dos manos abiertas”. En una lleva “el Pan de la Palabra”, pues esa es la encomienda que han recibido: “Intenta transformar el mundo en el que vives desde la palabra de Jesús”. 

Esto se hace difícil, ha señalado, cuando la mayor parte de las misiones se realiza en los países más desfavorecidos, por lo que se hace necesario “llevar otra mano abierta, con otro pan, el pan nuestro de cada día”. Ambos, ha añadido, “son complementarios”.