“Más de 365 millones de cristianos, aproximadamente 1 de cada 7, se enfrentan a altos niveles de persecución por su fe”, precisó Mons. Paul Richard Gallagher —Secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales—, durante una conferencia sobre libertad religiosa en Roma (Italia), este 5 de junio.
La Soberana Orden de Malta ante la Santa Sede organizó la actividad, titulada Libertad religiosa y desarrollo humano integral: una nueva plataforma global, que se desarrolló en la sede de la Orden ubicada en la colina del Aventino. Además, la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma apoyó el evento, según recoge Vatican News.
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Estuvieron presentes el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano; y el embajador de la Orden de Malta ante la Santa Sede, Antonio Zanardi Landi. El objetivo de la conferencia fue “explorar marcos y estrategias innovadoras que promuevan políticas y compromisos inclusivos en el ámbito religioso”.
En su discurso, Mons. Gallagher afirmó que la libertad religiosa, “aunque no es el único aspecto de los derechos humanos, es probablemente el más fundamental”. Una prerrogativa que es cada día más perseguida: “La violación del derecho a la libertad religiosa tiene el efecto de socavar no sólo un derecho, sino toda la categoría de los derechos humanos”, añadió.
Asimismo, indicó que durante 2023 aumentaron significativamente los ataques en contra de comunidades y lugares de culto cristianos. “Es preocupante que, según algunas estimaciones, casi 4.900 millones de personas vivan en países con violaciones graves o muy graves de la libertad religiosa”, manifestó Mons. Gallagher.
El diplomático de la Santa Sede recordó las palabras del Papa Francisco sobre la Agenda para el desarrollo sostenible 2030, impulsada por las Naciones Unidas, en las que opina que uno de los mejores indicadores para su aplicación eficaz es la libertad religiosa.
“La libertad religiosa desempeña un papel decisivo en la consecución del desarrollo humano integral”, acotó el arzobispo. Por ello, agregó, “el Estado debe ejercer una neutralidad desapegada y garantizar a los grupos religiosos y a todos los individuos el mismo derecho a la manifestación pública de sus convicciones religiosas”.
“Quienes puedan disfrutar de libertad religiosa también podrán lograr su propio desarrollo integral y ser agentes de desarrollo en la sociedad en general”, concluyó Mons. Gallagher.
La Iglesia Católica y la Agenda 2030
La Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, adoptada por las Naciones Unidas en 2015, es un plan global que tiene como objetivo erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos para el año 2030, a través de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Desde una perspectiva católica, esta agenda se puede considerar una herramienta importante para promover el bien común y la justicia social.
Sin embargo, la Iglesia Católica expresa preocupación por ciertas interpretaciones y aplicaciones de los ODS que podrían promover prácticas contrarias a la doctrina católica, especialmente en lo referente al aborto y la eutanasia.
La JMJ de Lisboa 2023 promovió la Agenda 2030 en su sitio web, y también en algunos discursos y actividades. Esto generó reacciones variadas en todo el mundo. El Obispo de Orihuela-Alicante (España), Mons. José Ignacio Munilla, señaló en su momento que hacer referencia a la agenda fue innecesario y un error de parte de los organizadores.